La Formación Profesional, la clave para salvar a la 'generación perdida'

    • España registra la tasa de desempleo juvenil más alta de la Unión Europea, después de Grecia
    • Según los expertos, un exceso de cualificación y el abandono escolar, son los dos extremos problemáticos de nuestro mercado laboral
El riesgo de una "generación perdida"
El riesgo de una "generación perdida"
L.A.

La encuesta de población activa (EPA) del pasado jueves dejaba un dato preocupante: el paro entre los menores de 25 años seguía imparable alcanzando el 57,22 % de desempleados. Sólo Grecia con una tasa del 59,3%, supera a España, mientras que la media en Europa es del 22%.

Ante esta situación, una delegación de eurodiputados de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento Europeo visitará España esta semana (29 y 30 de abril) con el objetivo de realizar un seguimiento de las medidas del Ejecutivo español contra el paro juvenil.

"Las tasas de desempleo juvenil son más sensibles a la crisis que las tasas de adultos, y la recuperación en el mercado laboral de los jóvenes probablemente tarde más en llegar que en el mercado laboral de los adultos", afirman desde el Gurpo Femxa, empresa dedicada a la formación.

Frente a las cifras de España o Grecia, en el otro lado nos encontramos a Austria, que junto a Alemania, es el país con el desempleo juvenil más bajo de Europa. La clave, según los expertos, es un modelo de enseñanza profesional con gran contenido práctico y la implicación de las empresas en el proceso educativo.

"Las previsiones europeas indican que en el horizonte del año 2020 el 50% de los empleos requerirán una cualificación profesional de nivel media" explica Patricia García, Socia Directora de Femxa. "En estos momentos el número de titulados de Formación Profesional en España es de 4.664.859, lo que representa un 24,6% de la fuerza productiva. Esto supone que en los próximos ocho años hay que cualificar al 25,4% de la población activa española", explica García.

Tanto Austria como Alemania cuentan con un modelo de formación profesional que sumerge a los jóvenes en el mundo laboral con 15 años y en el que, desde el primer momento, reciben una formación práctica y un salario durante su etapa de tres años como aprendices.

Según datos de la patronal austríaca, las compañías forman a unos 120.000 aprendices y gastan 2.700 millones de euros anuales en la tarea, lo que supone alrededor del 1 % del PIB. El 40 % de los directivos de empresas son antiguos aprendices.

"En Austria todos los partidos políticos coinciden en que los jóvenes deben de ser el principal grupo de población para las políticas de empleo", aseguraba, en declaraciones a EFE, Johannes Kopf, director del Servicio Público de Empleo de Austria (AMS). Además existe la denominada "garantía educativa" y los jóvenes que no encuentran plaza en una empresa privada tienen asegurada una y un salario en talleres públicos de formación profesional.

Mientras, en España tendemos a los extremos. La Oficina europea de estadística, Eurostat desvelaba hace unos días los últimos datos de fracaso escolar y España volvía a liderar el ranking de la Unión Europea. En 2012, el 24,9 % de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años no cursaban ningún tipo de ciclo educativo ni de formación, doblando incluso el porcentaje de sus vecinos europeos (12,8%). Por otro lado, exceso de titulados universitarios crean un desajuste entre la oferta y la demanda de profesionales. "El aumento de la formación hacia la educación universitaria ha provocado una saturación de titulados superiores que el mercado español no es capaz de absorber, mientras que los puestos técnicos no están cubiertos", señala García.

Esto se traduce, según un estudio de la consultora PeopleMatters titulado "retrato de la generación perdida", en que un 43% de los jóvenes que tienen empleo están realizando una actividad que requiere una formación inferior a su nivel de estudios, mientas existe una "escasa concentración de población con estudios de Formación Profesiona".

Este efecto desplazamiento a ocupar puestos que requieren un nivel educativo inferior al obtenido por el ocupante se produciría en el resto de niveles formativos. "Existirá un porcentaje de jóvenes que debido a su bajo nivel educativo tendrán pocas garantías de éxito en su búsqueda de empleo" se extrae del estudio de la consultora. "A lo que se sumaría, que probablemente cuando se supere la crisis, las empresas apostarían por contratar a jóvenes que acaban de terminar sus estudios, quedándose descolgados los actuales parados".

Así, miles de jóvenes se han visto obligados a salir de España en busca de un trabajo que responda a su formación mientras que de cumplirse las estimaciones de la UE será necesario buscar en el extranjero a trabajadores para puestos técnicos. "Ante esta realidad, el riesgo de que este colectivo acabe convirtiéndose en una "generación perdida" no es nada descabellado: jóvenes sin empleo ni estudios que tendrán difícil su reincorporación al mercado laboral, incluso cuando la situación económica mejore", explican desde Femxa. "El efecto combinado del enorme desempleo juvenil actual y los problemas de formación en España pueden hacer que el escalón sea enorme".

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