La genética de los enfermos de cáncer renal predice el éxito del tratamiento

  • Un grupo de oncólogos españoles ha identificado unas variantes genéticas que pueden predecir cuál será la respuesta de un paciente al tratamiento habitual contra el cáncer renal avanzado, lo que permitirá saber de antemano si ese tratamiento será efectivo o no para esa persona.

Madrid, 28 oct.- Un grupo de oncólogos españoles ha identificado unas variantes genéticas que pueden predecir cuál será la respuesta de un paciente al tratamiento habitual contra el cáncer renal avanzado, lo que permitirá saber de antemano si ese tratamiento será efectivo o no para esa persona.

Así lo ha demostrado un grupo de investigadores del Grupo de Cáncer Endocrino Hereditario del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Grupo Español de Tumores Genito Urinarios (SOGUG), tras llevar a cabo un estudio que se publica hoy en la revista Lancet Oncology.

Cada año se diagnostican en España 3.000 casos de cáncer de riñón, la mayoría son carcinomas de células claras (el más común).

Hasta hace poco, el tratamiento para el cáncer renal avanzado se limitaba a la cirugía y a la inmunoterapia, ya que este tumor resiste a la radioterapia y a la quimioterapia.

Sin embargo, las terapias con inhibidores de la tirosina-kinasa implicadas en la angiogénesis (la formación de los vasos sanguíneos que aportan sangre al tumor) han permitido un gran avance en el tratamiento de los tumores renales.

Este tipo de fármacos, ha explicado a Efe uno de los directores del estudio, la doctora Cristina Rodríguez-Antona del CNIO, "lograron inhibir la formación de vasos sanguíneos en el tumor, impidiendo su crecimiento y reduciendo su tamaño".

Por eso, a partir de 2007, en España comenzó a usarse el sunitinib, que pertenece a este grupo de fármacos y que ha demostrado ser mucho más efectivo que el tratamiento con interferón-alfa, el utilizado hasta ese momento para combatir el cáncer renal avanzado.

Sin embargo, pese a su efectividad, el sunitinib no es útil para todos los pacientes, ya que un veinte por ciento de los enfermos no responde a este fármaco y presenta una progresión de la enfermedad a los pocos meses de comenzar el tratamiento.

Además, pese a que el fármaco presenta "buena tolerancia" en la mayor parte de los pacientes, cerca del 8 por ciento de los enfermos que reciben este tratamiento presenta efectos secundarios y problemas relacionados con la toxicidad del fármaco, lo que obliga a suspender el tratamiento o a reducir las dosis aplicadas (en el 32 por ciento de los casos), explica Rodríguez-Antona.

Sin embargo, este estudio ha consistido en identificar variaciones genéticas que pueden determinar antes del tratamiento "en qué tipo de pacientes el sunitinib será efectivo y en cuales no".

"Hemos encontrado polimorfismos -variantes genéticas- que son capaces de predecir qué pacientes van a responder al tratamiento del sunitinib o si éste va a ser tóxico", precisa la doctora.

El éxito de este estudio es que "estas variantes genéticas se pueden determinar en los pacientes antes de recibir tratamiento y predicen cuál va a ser su respuesta al fármaco, lo que permitiría plantear una estrategia farmacológica distinta en aquellos pacientes que no se beneficiarán del sunitinib".

Este estudio ayudará a introducir tratamientos más especializados en el cáncer renal, y permitirá saber cuál será "el mejor tratamiento posible" para el paciente.

Mostrar comentarios