La hipertensión cuesta al estado unos 3.600 millones de euros anuales


La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha) aseguró que la hipertensión le cuesta al Estado unos 3.600 millones de euros anuales, es decir, el 7,5% del presupuesto total de Sanidad.
Así lo aseguró durante un desayuno informativo en Servimedia Nieves Martell, miembro del Consejo Asesor de la Seh-Lelha, quien además añadió que 1 de cada 4 consultas de Atención Primaria está relacionadas con la hipertensión.
En este sentido, añadió que esta cifra podría reducirse si se invirtiera más en el control del paciente y en su adherencia al tratamiento, “ya que un paciente tratado pero no controlado le cuesta a la Administración casi un 14% más, debido a las complicaciones que pueden derivar en hospitalizaciones, infartos de miocardio, etc.”.
Por su parte, el recién nombrado presidente de la Seh-Lelha, Julián Segura, afirmó que el problema de esta inversión es que no vería sus frutos hasta pasado un tiempo y “aunque no debería de ser así, nuestro sistema detecta muy bien el problema agudo, pero no aplica estrategias que vayan más allá de plazos cortos de tiempo”.
Por tanto, defendió que “debemos de cambiar nuestro sistema sanitario y orientarlo hacia las enfermedades crónicas. Nuestro objetivo principal no debería ser tratar mejor las complicaciones, sino evitar que se produzcan”.
Por otra parte, informó de que el 80% de los pacientes diagnosticados de hipertensión necesitan fármacos para controlar su enfermedad. “De hecho, hay muchas personas que necesitan hasta 4 fármacos distintos, por lo que el acceso a la medicación debe serle fácil y no resultarle costoso desde el punto de vista económico”, declaró.
Sin embargo, tal y como recordó Martell, hay fármacos para tratar la hipertensión para los que el paciente tiene que pagar hasta el 60% de su valor. “Esto no debería seguir así. Tenemos que fomentar la adherencia a los tratamientos ya que en la actualidad, el 50% de los pacientes con hipertensión, no se toma los fármacos que tiene prescritos para controlar su enfermedad”, afirmó.
En este sentido, Segura defendió que “el paciente hipertenso necesita un acompañamiento, un recordatorio de que tiene que seguir tomando las pastillas, porque dado que se trata de una enfermedad no dolorosa, con el paso del tiempo, quien la sufre se relaja”. “Es cierto que parte de la responsabilidad recae sobre el paciente, pero si el sistema sanitario quiere evitar complicaciones a largo plazo, debería de poner medios antes de que se produzcan”, concluyó.

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