La India se desvive con su festival más divertido, Holi

  • Millones de indios se desmelenan hoy celebrando su festival más desenfadado, Holi, un día que marca la llegada del buen tiempo al país con una divertida batalla de agua y colores de la que no se libra nadie.

Igor G. Barbero

Nueva Delhi, 8 mar.- Millones de indios se desmelenan hoy celebrando su festival más desenfadado, Holi, un día que marca la llegada del buen tiempo al país con una divertida batalla de agua y colores de la que no se libra nadie.

Entre música de tambores, gritos y risas, niños, jóvenes y ancianos se embadurnan de rojo, verde, azul, amarillo y de cualquier otro pigmento en una festividad clave de la religión hindú, pero que reúne a fieles de todo tipo de confesiones.

"Holi es el festival que lidera la alegría, la esperanza y la realización. Igual que los colores de un arco iris, diferentes pero que reflejan belleza, este festival reúne toda la diversidad india", dijo en un comunicado la presidenta Pratibha Patil.

La celebración tiene sus raíces en los festejos auspiciados por el dios de piel azul Krishna, que vio la luz en una familia de lecheros, algo que le convirtió en la primera deidad a la que las castas bajas pudieron rezar.

"Es un festival sagrado muy conmemorado en la India y con un fervor especial en Mathura y Vrindavan, que son las ciudades en las que Krishna nació y pasó su infancia. Es un momento de felicidad y de ilusión", explica a Efe Sanumar Sarkar, un ciudadano de Delhi.

Krishna, un príncipe que conquistaba corazones con sus graciosas travesuras, instauró la costumbre de Holi para eliminar las distinciones sociales, al tiempo que la aprovechó para coquetear sin reparo con todas las chicas del pueblo, según la mitología hindú.

Tal vez por ese motivo, Holi se ha consolidado como una fecha ideal para los jóvenes y menos jóvenes en una sociedad conservadora para cortejar a las chicas bonitas del barrio o el centro educativo de turno en una ocasión en las que se hace más vista gorda al roce.

Y es que muchos pierden su timidez y recato y se envalentonan gracias a una popular bebida de leche con marihuana, conocida como "bhang", de la que se consumen litros y litros durante la jornada.

Holi se celebra al llegar la primera luna llena de marzo, aunque las ceremonias comienzan ya un día antes, con una oración familiar en la que es tradición arrojar una espiga al fuego como ofrenda a las divinidades que protegerán los primeros frutos del año.

Se trata de una de las fiestas con mayor seguimiento a lo largo del gigante asiático y en la que la práctica totalidad de los comercios cierran a cal y canto.

Apenas abren aquellos puestos que se instalan temporalmente para adquirir todo el arsenal necesario para la batalla campal.

"En esta fiesta se vende mucho: pistolas de agua, globos de plástico, sprays, pigmentos de todos los colores y animales de juguete para que se diviertan los niños", relata a Efe un comerciante de un barrio céntrico capitalino, Arun Sanjit.

Pero no todo es diversión siempre; las autoridades alertan cada año sobre los peligros de utilizar productos químicos, agua contaminada, y piden a los participantes que se abstengan de lanzar huevos o desperdicios a las víctimas de sus dardos.

Tras la tempestad, la rutina volverá poco a poco al país, pero las cicatrices de la celebración duran incluso varios días, en los que se pueden ver motocarros, animales y gente con las marcas de los colores utilizados en la fecha más divertida del año.

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