La ingesta masiva de chicles podría estar detrás de la muerte de una joven

    • Samantha Jenkins, adicta a los chicles, sufrió una hipoxia cerebral en junio de 2011.
    • La joven presentaba índices muy bajos de potasio, calcio y magnesio en su organismo.
    • Los médicos no descartan que su adicción a los chicles pueda estar detrás de su muerte.

Ashton Kutcher anunciando una famosa marca de chicles
Ashton Kutcher anunciando una famosa marca de chicles

Una joven de 19 años llamada Samantha Jenkins falleció en Gales en junio de 2011 tras sufrir una hipoxia cerebral. Un hecho que podía haber pasado desapercibido si no fuera por las investigaciones que se llevaron a cabo posteriormente. El patólogo Paul Griffiths no ha descartado que la ingesta masiva de chicles por parte de la joven podría estar detrás de su muerte.

Jenkins falleció hace cuatro años en el hospital de Morritson, en Swansea, en el sur de Gales, después de sufrir un infarto cerebral causado por sus bajos índices de sales minerales en su organismo. Los expertos que la trataron en el centro estaban desconcertados por lo que consideraban una alarmante falta de calcio, magnesio y potasio en su sangre. Las cantidades eran tan bajas que incluso llegaron a pensar que la muchacha había sido envenenada.

La madre de la finada, Maria Morgan, alertó a los médicos de las grandes cantidades de goma de mascar que su hija consumía cuando el día de su muerte encontró docenas de envoltorios vacíos de esta chuchería. Lo que en un principio parecía algo "ridículo", según las propias palabras de Morgan, años después es una de las posibilidades que barajan los expertos que estudian la muerte de Jenkins.

La teoría del envenenamiento cobra verosimilitud después de que Griffiths informara que se han hallado cantidades "bastante sustanciales" de aspartamo, edulcorante que contiene fenilalina, sustancia nociva para aquellos que padecen fenilcetonuria, una enfermedad hereditaria que afecta al desarrollo del cerebro, provocando epilepsia en casos extremos; y sorbitol, sustancia presente en la mayoría de chicles sin azúcar y que consumido de manera descontrolada puede ocasionar diarrea crónica.

Griffiths ha explicado que la ausencia de potasio, calcio y magnesio fue lo que provocó en un principio las convulsiones de Jenkins, quien entró en un coma del que ya no saldría. La ingesta masiva de chicle podría haber dificultado la absorción de estos nutrientes por parte del estómago, en el cual se encontraron grandes fragmentos de una masa de color verde, que se demostró ser chicle.

No obstante, el patólogo ha asegurado que todavía existen "pocas evidencias", tal y como ha recogido el periódico británico 'The Guardian', aunque ha matizado que pese a no existir antecedentes parecidos, existían grandes cantidades de estos edulcorantes, unos 16,8 gramos –unos catorce chicles diarios-, en la sangre de la fallecida, lo que hace que esta posibilidad sea factible.

A la espera de que se certifique si los chicles tuvieron que ver algo en la muerte de Jenkins, quien sí falleció a causa de una goma de mascar fue Vladimir Likhonos,un estudiante ucraniano de química delInstituto Politécnico de Kiev, a quien le explotó uno de ellos en la cara. Al parecer el muchacho solía mezclar ácido cítrico con sus pastillas masticables y pudo haberse equivocado esa vez, utilizando un polvo explosivo de similares características.

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