Isaac Barrientos
Bercianos de Aliste (Zamora), 29 mar.- La lluvia ha impedido esta tarde el desarrollo completo de la procesión del Santo Entierro en Bercianos de Aliste (Zamora), ya que el recorrido ha quedado reducido a una pequeña vuelta en torno a la iglesia de San Mamés.
Durante todo el día las persistentes precipitaciones hacían temer lo peor a los cofrades de la Santa Cruz, que se han visto obligados a acortar mucho su desfile procesional para evitar daños a la urna de cristal y al Cristo que portan en su interior.
Poco después de las cinco de la tarde ha comenzado el sermón del Descendimiento, durante el cual dos sacerdotes han bajado de la Cruz a un Cristo articulado e introducido en una urna de cristal que ha sido portada por los cofrades durante la procesión.
Sin embargo, poco después de emprender el desfile procesional y ante la persistente y fuerte lluvia, los hermanos de la Santa Cruz han decidido regresar al templo sin hacer así la parte principal del recorrido.
La procesión del Santo Entierro del Viernes Santo es, sin duda, el momento más importante en la vida de esta localidad zamorana y su seña más importante de identidad cultural.
En la procesión primero desfilan los jóvenes que no pertenecen a la cofradía portando los pendones, después la mayoría de los cofrades con la vestimenta blanca, la mortaja, y llevando a hombros la urna con el Cristo.
Tras ellos y ataviados con la capa parda o alistana, los cofrades que llevan solo un año en la hermandad, los viudos y los cofrades más mayores.
Cerrando la comitiva las mujeres, antes vestidas completamente de negro, ahora, ya con más variedad, portando una Virgen que hoy no ha llegado a salir de la iglesia de San Mamés.
Durante la procesión todos caminan cantando el Miserere, los hombres en latín y las mujeres en castellano. El recorrido debería haberles llevado hasta el monte del Calvario, situado a las afueras de Bercianos.
Aunque hoy no se ha podido producir esta parte, normalmente los cofrades realizan allí una reverencia ante las cruces y regresan a la iglesia.
El recorrido de la procesión ni lo que en ella se hace es excesivamente especial, pero en su entorno, en pleno campo, con esas mortajas, y con el sonido del Miserere siempre presente, la tarde del Viernes Santo en Bercianos se recubre de un aura especial.
Buena parte de la popularidad que ha adquirido esta procesión se debe, no sólo a que sus orígenes se remonten al siglo XV, sino también a sus vestimentas, especialmente la blanca, conocida como mortaja porque es la ropa con la que cada cofrade será enterrado.
Esta mortaja, de tela de lino blanca que cubre también la cabeza, tradicionalmente la tejía la mujer de cada cofrade cuando ambos entraban a formar parte de la hermandad como matrimonio.
En los últimos veinte años la expectación en torno a la Semana Santa de Bercianos no ha parado de crecer, una situación que ha conllevado también reconocimientos oficiales, como en el mes de julio de 2011, cuando la Semana Santa de Bercianos de Aliste fue declarada de Interés Turístico Regional.
Ahora, la Cofradía de la Santa Cruz espera que se apruebe una solicitud que realizaron incluso antes, la de que esta Semana Santa se considere como Bien de Interés Cultural. EFE
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