La marginación aumenta en Europa por el miedo a la crisis económica, dice AI

  • Londres.- Amnistía Internacional (AI) denuncia que la marginación se acentuó en Europa durante 2009 por el miedo a la recesión económica y lamenta que muchos países incumplan su obligación de garantizar la protección de los derechos humanos.

Amnistía Internacional denuncia en su informe anual un agravamiento de la brecha de la justicia social
Amnistía Internacional denuncia en su informe anual un agravamiento de la brecha de la justicia social

Londres.- Amnistía Internacional (AI) denuncia que la marginación se acentuó en Europa durante 2009 por el miedo a la recesión económica y lamenta que muchos países incumplan su obligación de garantizar la protección de los derechos humanos.

"La seguridad prevaleció sobre los derechos humanos en las agendas de los Gobiernos, en detrimento de ambos", dice AI en su informe anual sobre Europa y Asia Central presentado hoy en Londres.

La entrada de vigor del Tratado de Lisboa en la Unión Europea "abrió nuevas posibilidades para reforzar los derechos humanos y las libertades fundamentales", recuerda el texto, pero su "implementación en el ámbito interno de los Estados sigue siendo defectuosa", agrega.

En muchos países el miedo a la recesión económica "vino acompañado de un auge del racismo y surgió la apología del odio en el discurso público", revela el informe.

Como ejemplos de esta situación AI recuerda el referéndum en Suiza contra la construcción de minaretes, la tipificación de la inmigración clandestina como delito en Italia, el rechazo de asilo a miles de solicitantes en el Reino Unido o el acceso limitado de los inmigrantes irregulares y de sus hijos a la asistencia médica, la educación y la justicia en Alemania.

La comunidad gitana es uno de los ejemplos de discriminación sistemática, ya que sus miembros están excluidos de casi todos los ámbitos de la vida pública, subraya AI, que explica que los desalojos forzosos que sufrieron en Italia, Serbia y Macedonia los sumió aún más en la pobreza.

Otro aspecto destacado en el informe es la "reiterada negación y ocultación de algunos gobiernos de su participación en las entregas y detenciones secretas dirigidas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense en los años posteriores a 2001".

"La mayoría de los gobiernos siguieron sin intentar garantizar una rendición de cuentas efectiva y transparente por estos abusos contra los derechos humanos, ni en el ámbito interno ni a través de las instituciones europeas", denuncia AI.

Sin embargo, se ve como un progreso el juicio celebrado en Italia contra agentes de los servicios secretos de ese país y de la CIA, o el reconocimiento de Lituania de que en su territorio se habilitó un centro de detención de la citada agencia de EEUU.

Uzbekistán, Kazajistán son señalados por AI por las detenciones arbitrarias llevadas a cabo principalmente entre refugiados y solicitantes de asilo o miembros de grupos islámicos.

Respecto a la inmigración ilegal el informe dice que la represión sigue siendo la respuesta europea a este problema, con la consiguiente violación de los derechos humanos en su interceptación, detención y expulsión, incluidas las personas que buscaban protección internacional, como ocurrió en Italia, Turquía y Ucrania.

Las intolerancia contra lesbianas, gays, bisexuales y transexuales siguió siendo fomentada por la autoridades de países como Lituania, Turquía y Bielorrusia, apunta AI.

Continuaron los ataques contra la libertad de expresión, de asociación y de religión en Rusia, Serbia, Croacia, Turquía, Azerbaiyán, Armenia, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán, Kazajistán, Uzbekistán y Moldavia.

Las víctimas de tortura y otros malos tratos "se vieron defraudadas con frecuencia por unos sistemas de justicia que no exigían cuentas a los responsables".

AI reprocha los insuficientes esfuerzos de los tribunales para juzgar a los criminales de guerra de la ex Yugoslavia o para investigar las violaciones cometidas por la fuerzas rusas, georgianas y surosetas durante la guerra de 2008.

La violencia contra las mujeres y la niñas en el "ámbito familiar continuó muy presente en la región impregnando todos los sectores sociales y franjas de edad", aunque sólo un reducido porcentaje de estas llega a denunciarlos ante la impunidad de los agresores.

Respecto a la pena de muerte el informe señala la tendencia positiva en Rusia, donde existe desde 1996 una moratoria, y en Bielorrusia, único país de Europa donde se aplica y en el que un grupo de trabajo parlamentario estudia su suspensión.

Para AI "es lamentable que, para muchas personas que viven dentro de las fronteras de Europa, la protección frente a los abusos se aleje tanto de la retórica".

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