La obispos alemanes fueron el motor del sínodo

  • Los cardenales alemanes jugaron un papel clave en el Sínodo de obispos que se clausura este sábado, con propuestas muy avanzadas, a menudo audaces, sobre temas como la reintegración de los divorciados que se vuelven a casar.

El llamado grupo "Germánico" era uno de los trece grupos lingüísticos que trabajó durante tres semanas en el Vaticano sobre los desafíos para la Iglesia que genera la familia moderna.

Sus contribuciones fueron apreciadas con unanimidad por los cerca de 400 obispos y cardenales convocados por el papa en el Vaticano.

A diferencia del grupo de habla francés, "Gallicus", donde la convivencia entre prelados europeos, africanos y canadienses no siempre fue fácil, con discusiones en ocasiones agrias, los "germánicos" (alemanes, austríacos, suizos) hicieron propuestas originales.

Los cardenales, todos teólogos brillantes y cultos, con posiciones muy variadas (conservadores, progresistas, moderados) trabajaron juntos "como una gran familia", aseguraron varios observadores.

Los cardenales Reinhard Marx, Walter Kasper, emblema del progresismo por sus posiciones aperturistas, Christoph Schönborn, promotor de una iglesia moderada que escucha al mundo, y Gerhard Ludwig Müller, intransigente guardián del dogma como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, líder de los conservadores, encontraron en casi un mes de deliberaciones lo que se tildó "la vía alemana" al sínodo.

Hasta el inflexible Müller no se opuso a la solución alcanzada en el documento final que acepta dar la comunión, 'según el caso' y tras un proceso de elaboración y 'discernimiento', a los divorciados que se vuelven a casar civilmente que así lo deseen.

Se trata de acompañar a la persona en una suerte de toma de conciencia para volver a acceder a los sacramentos: confesión y comunión, con lo que no se violaría la doctrina de la Iglesia, que considera el matrimonio indisoluble.

Una comisión de teólogos estudiará la propuesta ulteriormente.

Los cardenales y obispos de habla alemana consideran que el concepto de matrimonio ha evolucionado y progresado en 2000 años de historia del cristianismo, y que sigue haciéndolo.

Por lo tanto, proponen también que se conceda un plazo a las parejas para que maduren la idea de contraer matrimonio y piden que se deje de forzarlos a tomar una decisión: "o todo o nada".

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