La ONU despliega a observadores de seis países latinoamericanos en Siria

  • Seis países latinoamericanos han aportado observadores hasta el momento a la Misión de Supervisión de Naciones Unidas en Siria (UNSMIS), que tiene desplegados sobre el terreno un total de 257 militares desarmados, según los últimos datos difundidos hoy por la ONU.

Naciones Unidas, 17 may.- Seis países latinoamericanos han aportado observadores hasta el momento a la Misión de Supervisión de Naciones Unidas en Siria (UNSMIS), que tiene desplegados sobre el terreno un total de 257 militares desarmados, según los últimos datos difundidos hoy por la ONU.

Los observadores latinoamericanos proceden de Argentina, Brasil, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Uruguay, según aparece en la web de la misión con la que Naciones Unidas vigila el cumplimiento en Siria del plan de paz ideado por el mediador internacional, Kofi Annan.

Hasta ahora el Departamento de Operaciones de Paz de la ONU (DPKO), dirigido por Hervé Ladsous, había evitado detallar la nacionalidad de los militares desarmados que tiene desplegados en el país árabe y entre los que también hay soldados de un nutrido grupo de naciones europeas.

Se trata de Alemania, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Italia, Noruega y Suiza, así como personal de Bangladesh, Benin, Burundi, Burkina Faso, Chad, Egipto, Filipinas, Ghana, Indonesia, Jordania, Malaui, Mauritania, Marruecos, Nepal, Níger, Kenia, Kirguistán, Senegal, Sudáfrica y Yemen.

Rusia y China, los países más reticentes en la ONU a condenar las acciones represivas del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, también aportan observadores a la UNSMIS, que fue creada mediante la aprobación de una resolución en el Consejo de Seguridad el pasado abril.

Los últimos datos de la ONU señalan que sobre el terreno hay 257 militares desarmados y 71 miembros de personal civil, con lo que la misión va camino de cumplir con el objetivo de alcanzar a finales de mes los 300 observadores aprobados por el máximo órgano internacional de seguridad.

Los observadores, que dependen de la protección del régimen sirio, deben verificar el cumplimiento del plan de paz para Siria, que incluye el cese de las hostilidades entre las fuerzas gubernamentales y la oposición.

Desde el comienzo de la revuelta contra el régimen de Bachar Al Asad en marzo de 2011, más de 10.000 personas han muerto por la violencia en Siria, según datos de la ONU, que cifra en 230.000 los desplazados internos y en más de 60.000 los refugiados en países limítrofes, como Turquía y Líbano.

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