La ONU dialoga con Al Shabab para llevar ayuda humanitaria a Somalia

  • La ONU confía en que el diálogo con la milicia integrista islámica Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, dé pronto sus frutos y permita que la ayuda humanitaria alcance cuanto antes las zonas del sur de Somalia en las que se declaró el estado de hambruna la semana pasada tras una de las sequías más graves en los últimos 60 años. Este miércoles se celebra una Conferencia de Donantes para analizar las ayudas.

La ONU confía en que el diálogo con la milicia integrista islámica Al Shabab, vinculada a la red terrorista Al Qaeda, dé pronto sus frutos y permita que la ayuda humanitaria alcance cuanto antes las zonas del sur de Somalia en las que el organismo declaró el estado de hambruna la semana pasada. Este miércoles se celebra una Conferencia de Donantes para analizar las ayudas.

'Continuaremos buscando el diálogo con Al Shabab para encontrar todas las maneras posibles de llevar ayuda al pueblo de Somalia', explica la subsecretaria general adjunta para Asuntos Humanitarios de la ONU, Catherine Bragg, quien alerta de que Somalia necesita urgentemente ayuda 'masiva'.

Bragg reconoció los problemas que tienen las agencias humanitarias de la ONU para hacer llegar ayuda a las zonas que controla Al Shabab, cuyos dirigentes controlan la práctica totalidad del sur del país y siguen sin autorizar el paso del organismo porque considera que la reciente declaración de hambruna es un elemento propagandístico.

'Nuestro único interés son sus necesidades humanitarias. Les vamos a explicar que no tenemos otros intereses, que nuestra ayuda es completamente neutral, imparcial e independiente y que tras ella no hay motivos políticos algunos, sólo la voluntad de salvar cuantas más vidas podamos', indica la subsecretaria general.

Bragg, una de las responsables de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, aseguró además que, mientras sigue el diálogo, el organismo trabaja para encontrar 'nuevas maneras' de llevar la ayuda humanitaria a esas regiones pese al bloqueo de la milicia islámica.

'Es algo que tenemos que hacer sin dilación. Sabemos que han muerto ya miles de personas y no podemos permitir que la situación se deteriore aún más y mueran muchas más personas', asegura. Señala también que apuesta así por 'una actuación colectiva' de la comunidad internacional para 'dar la vuelta' a la situación.

Bragg sostiene queel ambiente en las regiones 'está cambiando', ya que ahora 'se reconoce la gravedad de la situación', aunque el organismo tiene problemas para determinar totalmente 'dónde se tiene que operar y a quién se debe atender'.

'La comunidad internacional ha sido muy generosa hasta ahora y en cuestión de días ha aumentado sus contribuciones en 200 millones de dólares, pero no es suficiente, porque solo para el sur de Somalia se necesitan 300 millones de dólares inmediatamente', explica la responsable de la OCHA.

'Tenemos que movilizar nuestros recursos masivamente. No podemos permitir que los somalís sigan muriendo ante nuestros ojos', señala Bragg, quien también reconoce que la ONU ha estado alertando 'durante un año' de una situación que no ha aparecido 'en dos semanas' y que ahora necesita de una actuación 'acelerada'.

La subsecretaria general adjunta para Asuntos Humanitarios apremia así a la comunidad internacional a actuar lo antes posible porque la situación podría'tocar fondo en cuestión de un par de semanas' y alertó de que, mientras la declaración de hambruna ha afectado a dos regiones, hay otras ocho en Somalia que se encuentran al borde de la misma situación.

El pasado día 20, la ONU declaró oficialmente el estado de hambruna en dos regiones del sur de Somalia, Bakool y Baja Shabelle, algo inédito en este país durante los últimos veinte años.

Casi la mitad de la población somalí, unos 3,7 millones de personas, padece una crisis humanitaria, de los cuales 2,8 millones residen en el sur, indican los datos facilitados por las Naciones Unidas.

La falta de comida también afecta a Mogadiscio, que en los últimos dos meses ha recibido a cien mil desplazados que buscan en la capital somalí refugio de la guerra y la sequía, ha desembocado en saqueos y enfrentamientos entre la población afectada, según ha denunciado también la ONU.

David Valenzuela | EFE
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