La policía turca detuvo este martes a 30 presuntos miembros del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en una redada en la ciudad de Konya (centro de Turquía), considerada un feudo islamista, indicó la agencia de prensa Dogan.
La operación llevada a cabo en viviendas de varios distritos de la ciudad llega un día después de un tiroteo en Diyarbakir (sureste) en el que murieron dos policías y siete presuntos, el incidente más grave en suelo turco desde que el país se unió el año pasado a la coalición antiyihadista.
La policía ha intensificado sus operaciones contra los yihadistas condiciendo con las elecciones legislativas anticipadas del próximo domingo y después del atentado del 10 de octubre atribuido a los yihadistas, que dejó 102 muertos en el centro de Ankara.
El EI es el principal sospechoso de este atentado, el más grave de la historia de Turquía. Cuatro presuntos miembros del EI ya han sido inculpados y encarcelados.
La oposición acusa al gobierno islamoconservador de ser indulgente con los movimientos yihadistas en Siria que luchan contra el régimen del presidente sirio Bachar al Asad, que no tiene relaciones con Turquía.
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