La presión migratoria aprieta sin cesar en la frontera de Ceuta

  • Rafael Peña.

Rafael Peña.

Ceuta, 7 feb.- El asalto masivo a la frontera de Ceuta de ayer, en el que hasta ahora se ha confirmado oficialmente la muerte de nueve inmigrantes subsaharianos, es una evidencia más de que la presión migratoria se mantiene constante en la frontera que separa la ciudad autónoma de Marruecos, aunque con altibajos.

Fuentes policiales consultadas por Efe han destacado que la inmigración irregular sigue siendo uno de los principales retos a los que se tienen que enfrentar los agentes debido a que en el entorno más próximo de la frontera se calcula que hay un millar de subsaharianos a la espera de entrar ilegalmente en la ciudad.

Este elevado número de personas obliga a los agentes a mantener una constante atención en el entorno fronterizo, sobre todo a sabiendas de que estos inmigrantes viven ocultos en los montes próximos a la frontera en condiciones infrahumanas y a la espera de un asalto.

A diferencia de Melilla, la orografía del terreno -con constantes pendientes- hacen que los 8,2 kilómetros de perímetro fronterizo terrestre -con una doble valla a seis metros de altura- resulten muy difíciles de franquear por los inmigrantes.

Los subsaharianos, a sabiendas de esta situación, han adoptado otros métodos de entrada en los dos últimos años: los asaltos masivos al vallado y la navegación en pequeñas balsas de las que habitualmente se utilizan como juego en las playas.

La llegada del mal tiempo suele dejar a un lado las travesías marítimas, por lo que los asaltos en grupo se han convertido en la técnica más utilizada para intentar acceder ilegalmente al territorio nacional.

El último de ellos, producido a las 07,45 horas de ayer, se saldó con nueve muertos, todos ellos por ahogamiento según la Delegación del Gobierno, aunque la cifra podría aumentar con el paso de las horas.

No obstante, fuentes de la Policía Nacional también han dicho a Efe que la presión es continua, sobre todo por la entrada de inmigrantes escondidos en dobles fondos de vehículos o bien con documentación falsificada en el caso de argelinos o de otras nacionalidades.

Fuentes de la Guardia Civil han informado de que el suceso de ayer supone la mayor tragedia relacionada con la inmigración ilegal en la ciudad durante los últimos años debido al elevado número de fallecidos.

Hasta ahora el mayor número de cadáveres fue de siete marroquíes cuyos cuerpos aparecieron en la costa ceutí el 30 de junio de 1998 al volcar la patera con la que pretendían alcanzar las costas de Cádiz.

Asimismo, el 29 de septiembre de 2005 otros cinco inmigrantes perdían la vida durante un asalto masivo a la valla fronteriza, dos de los cuales fallecieron en el lado español y otros tres en la zona marroquí del perímetro fronterizo.

Esta constante presión migratoria ha provocado que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) lleve más de un año con sus 512 plazas cubiertas e incluso por encima de esta capacidad en más de una ocasión al haber llegado a los 700 residentes.

El CETI, con 610 inmigrantes en la actualidad, mantiene la normalidad pese a la sobreocupación a la espera de que tiempos mejores permitan volver a bajar de las 500 plazas.

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