La reportera húngara, Petra Laszlo, que a principios de semana protagonizó unas vergonzosas imágenes en las que pateaba a los refugiados que intentaban cruzar la frontera de su país, ha pedido perdón por sus acciones. Aseguró que "se me cruzaron los cables" y que no podía creer lo que hizo.
En una carta escrita para el periódico Magyar Nemzet, Laszlo explicó que se encontraba en estado de 'shock' desde el incidente del pasado martes, y negó las acusaciones de racismo. "La cámara estaba grabando, cientos de inmigrantes rompieron el cordón policial, uno de ellos corría hacia a mí y estaba asustada", escribió.
"Después algo se me cruzó, y solo podía pensar que me estaban atacando y tenía que protegerme. Es dificil tomar buenas decisiones cuando la gente entra en pánico", afirmó. Según recoje el diario 'The Guardian', la reportera añadió que estaba dispuesta a responsabilizarse de sus acciones, y se denfendió alegando que ella no era una persona "sin sentimientos, racista ni una pateadora de niños. No me merezco la caza de brujas política a la que me están sometiendo, ni las calumnias ni las amenazas de muerte".
La reportera que perdió su trabajo en la cadena de nositicias húngara N1TV después de que las imágenes salieran a la luz declaró que "solo soy una madre desempleada de niños pequeños que tomo una mala decisión, lo siento de verdad".
La cadena de televisión relacionada con el partido de extrema derecha, Jobbik, tachó el comportamiento de su reportera de "inaceptable" y la echó de manera fulminante de la empresa. La ola de reacciones a las imágenes no se hizo esperar y la oposición húngara emprendió acciones legales contra Laszlo que podría enfrentarse a una pena de hasta cinco años de cárcel.
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