La retirada de Afganistán deja de ser un tabú

  • España se muestra dispuesta a enviar más soldados al país asiático, mientras que Italia y Francia insinúan su salida. Los analistas comparan el conflicto con la guerra del Vietnam.
Iñigo Antolín
Iñigo Antolín

Gráfico: Afganistán, capital de la guerra

La guerra contra los talibanes no marcha bien. En 2009 se ha llegado a una cifra récord de 307 soldados extranjeros fallecidos hasta septiembre y más de 1.000 civilesmuertos en la primera mitad del año. El Gobierno español se muestradispuesto a enviar a 200 soldados más mientras Angela Merkel y Gordon Brown piden unaconferencia internacional e Italia y Francia insinúan su salida.

El ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, ha manifestado recientemente que “es preciso seguir para poder salir con la cabeza bien alta”, mientras su homólogo italiano dijo que “no se trata de hablar de estrategia de salida, sino de transición”. Los analistas consultados por lainformacion.com comienzan a comparar el conflicto con la guerra de Vietnam. La población ya no cree en las promesas de la reconstrucción de un país en guerra casi permanente desde hace treinta años.  

Las advertencias del columnista Nicholas D. Kristoff en The New York Times son más serias respecto a estos ocho años de guerra. En su columna del domingo, los expertos pronunciaban frases como “el país se está asomando al abismo” o “hemos mordido más de lo que podemos tragar; estamos poniendo las condiciones para el fracaso”.

Conferencia internacional

La preocupación es grande entre los aliados. La canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro británico han pedido la celebración de una conferencia internacional en la que se elabore una estrategia para cinco años. La reunión tendría lugar cuando se sepan los resultados electorales, unos comicios en los que crecen las alegaciones de fraude contra el actual presidente Karzai.

Uno de los puntos clave a tratar en la reunión sería subir el sueldo a los 134.000 policías y 82.000 soldados afganos. En la actualidad cobran menos de la mitad de los 30 euros que los talibanes suelen pagar a sus guerrilleros. El contingente internacional se acerca a los 65.000 militares, con Estados Unidos (30.000), Reino Unido (9.000), Alemania (4.000), Francia (3.100) e Italia (2.800) como naciones más involucradas.

Las palabras a finales de agosto del general Stanley McChrystal, máximo jefe de las tropas en el país, también dibujan un panorama preocupante. El militar dijo que la situación es “grave” y que se debe producir un cambio de estrategia.  Hay que recordar que en este conflicto Barack Obama se juega su prestigio.

Apuesta de Obama

El presidente definió esta guerra como el conflicto correcto frente al error que supuso la entrada en Irak y que la progresiva retirada de ese país -desde junio no se patrulla en las ciudades- beneficiaría a la pelea contra los talibanes. Sólo en contratistas, el 70 por ciento del personal que tiene Estados Unidos en el país, la factura es de 5.000 millones de dólares al año, sin saber cuánto de ese dinero va a parar al  enemigo. Los talibanes someten a chantaje a los empresarios locales y sustituir así la bajada de ingresos por una cosecha menor de opio.

La opinión pública estadounidense y británica emite señales de cansancio a sus líderes. El 57% de los estadounidenses se manifestó en una encuesta en contra de la presencia de su país,  mientras siete de cada diez británicos piensan que Gordon Brown está haciendo un “mal trabajo” en el conflicto.  Tampoco ayudará a las aspiraciones electorales de Merkel el bombardeo de un camión robado por los talibanes en Kunduz y la muerte de un número indeterminado de civiles en una zona bajo el control alemán.

En este contexto llega la decisión del Gobierno español de enviar a 200 soldados más al país que se añadirían a los 780 enclavados en la zona de Qala-e-Naw y otros 450 enviados para reforzar la seguridad del país en las elecciones.

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