La victoria borbónica de 1713 permite que el Príncipe reine como Felipe VI y no VIII

    • La historia de España ya tuvo un Felipe VI de Navarra, que reinó en Castilla como Felipe IV

    • Volver a utilizar ese ordinal significaría privilegiar la herencia castellana sobre el resto del país



El Congreso inicia los preparativos para la sucesión del Rey
El Congreso inicia los preparativos para la sucesión del Rey

Tras la abdicación de Don Juan Carlos y sin calibrar apenas la despedida, la atención mediática se ha centrado casi inmediatamente en su sucesor, el Príncipe Felipe. A pesar de que su proclamación está por llevar, la prensa ya lo ha rebautizado como Felipe VI, pero… ¿Es un nombramiento adecuado? Rafael Arenas García, Catedrático de Derecho internacional privado en la Universitat Autònoma de Barcelona, cree que no.

"Desde que soy un niño he leído como unos y otros se referían al Príncipe de Asturias como Felipe VI, futuro Rey de España. Mi planteamiento es que ese ordinal no debería ser sexto, sino octavo, y la elección de uno u otro no es en absoluto inocente", exponía en un post publicado en agosto del pasado año. En aquel escrito, Arenas García hacía memoria y se retrotraía al reinado del que fuese conocido como Felipe 'El Hermoso'.

"España es el resultado de la unión de varios reinos preexistentes y, por lo tanto, lo lógico es que en la numeración como reyes de España se utilice la más alta de las que resulten después de considerar a todos los monarcas que reinaron en cualquiera de los reinos españoles. Si Felipe reina como Felipe VI, ¿es que no se considera sucesor del Felipe I de Navarra, que reinó entre los años 1284 y 1305?", añade. En efecto, Felipe VI de Navarra, reinó en Castilla como Felipe IV y, visto lo visto, parece que los Borbones han decidido paralizar el contabilizador dinástico según marcan los dictados de este último territorio.

"Volver a utilizar el VI como Rey de España significaría ignorar que este monarca ejercerá como Rey de todos los españoles. No debemos olvidar que ostenta el título en tanto que es heredero de las diferentes dinastías que reinaron en todos los reinos españoles, y no solamente en Castilla", protesta este catedrático de Derecho internacional privado.La historia la escriben los vencedores

José Luís Corral Lafuente, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, resta importancia a este punto. "El ordinal que se coloca tras el nombre de los monarcas y los Papas es una referencia histórica y un recuerdo a quienes los precedieron en el trono, pero no debemos olvidar que la historia la escriben los vencedores", apuntilla.

Carlos II, el último monarca de los Austrias, dejó a su muerte el 1 de noviembre de 1700, como heredero a Felipe de Anjou. Originalmente, éste fue aceptado por toda España, pero la calma no duró mucho, degenerando en la Guerra de Sucesión. "Fue una gran guerra internacional entre partidarios borbónicos, contra aliados austracistas. El resultado, está a la vista. Castilla se alineó al lado de los Borbones y eso provocó que terminara imponiéndose el orden de Castilla", explica Corral Lafuente. "Si nos pusiésemos puristas, Felipe no debería ser ni VI ni VIII, sino primero de España", concluye.

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