La visita del emir catarí da un espaldarazo a la Gaza de Hamás

  • El emir de Catar, el jeque Hamad Bin Jalifa al Zanim, proporcionó hoy un considerable espaldarazo a Hamás con la primera visita oficial de un jefe de Estado a la franja, gobernada por el movimiento islamista desde que éste tomó el poder en 2007.

Saud Abú Ramadán

Gaza, 23 oct.- El emir de Catar, el jeque Hamad Bin Jalifa al Zanim, proporcionó hoy un considerable espaldarazo a Hamás con la primera visita oficial de un jefe de Estado a la franja, gobernada por el movimiento islamista desde que éste tomó el poder en 2007.

"Es un gran día en el que Gaza recibe a un gran hombre, un líder árabe e islámico. Es maravilloso tener esta visita como la primera de un líder árabe a la franja de Gaza bajo bloqueo", dijo el primer ministro del Ejecutivo de Hamás, Ismail Haniye, para quien la visita del jeque supone un triunfo diplomático.

Catar había comprometido 254 millones de dólares en proyectos en la franja, cantidad que hoy elevó a 400 millones y que se destinará a reconstruir la carretera de Salahadin (la principal de Gaza) y levantar un hospital para discapacitados y un barrio residencial en la ciudad de Jan Yunis, que llevará el nombre del emir.

"Con esta visita, declaramos oficialmente que el asedio político y económico impuesto a Gaza ha sido roto y desafiado", aseguró Haniye en un acto público celebrado en la ciudad de Jan Yunis, en el suroeste de la franja.

Según él, el viaje oficial se ha podido llevar a cabo "pese a los demonios que solo quieren ver a Gaza desangrándose, bajo bloqueo y aislada de sus hermanos árabes e islámicos".

Haniye agradeció su presencia en el sitiado territorio al príncipe y al Gobierno del presidente egipcio, Mohamed Mursi, por haberla facilitado.

El jeque permaneció unas seis horas en la franja, de 10.45 hora local (8.45 GMT) a 17.00 (15.00 GMT), y tuvo que anular por falta de tiempo un acto en el estadio de fútbol en el que tenía previsto hablar.

Bin Jalifa al Zanim dio un discurso en un acto previo, la recepción del Doctorado Honorífico en la Universidad Islámica, en el que loó la "constancia" de Gaza.

El emir aseguró que "todos los árabes se enorgullecieron" cuando Gaza se "enfrentó con sus pechos a la agresión de aviones de guerra y armas internacionalmente prohibidas" durante la operación israelí Plomo Fundido de 2008-2009, en la que murieron más de 1.400 palestinos, en su mayoría civiles.

"La constancia de Gaza fue una lección y cuando las naciones árabes vieron la constancia del pueblo en Gaza fue una de las principales razones del estallido de la revolución de la primavera árabe que traerá días mejores", declaró.

Bin Jalifa al Zanim denunció además la "clara injusticia" sufrida por los palestinos "desde hace más de seis décadas" y la existencia de una "catástrofe humanitaria a la que la comunidad internacional es todavía incapaz de poner fin".

El emir llegó a la franja acompañado por su esposa, la princesa Moza Bint Naser; el primer ministro catarí, Hamad Bin Yasem Al Zani; y una delegación de altos cargos egipcios y cataríes.

Entró por el cruce de Rafah, fronterizo con Egipto y el único paso no controlado por Israel, donde fue recibido con los mayores honores por Haniye y una delegación de Hamás, en una ceremonia oficial en la que participó la guardia de honor y sonaron los himnos palestino y catarí.

El emir había llegado en helicóptero al lado egipcio de Rafah desde la ciudad de El Arish, en la península del Sinaí, donde aterrizó en su avión oficial.

Hamás reforzó la seguridad en las principales carreteras de Gaza y los lugares que visitó el emir, que estaban decorados con banderas cataríes, enseñas verdes del movimiento islamista y mensajes de bienvenida y agradecimiento.

El tráfico se cortó en las principales arterias de la franja para garantizar la seguridad del convoy real.

Las autoridades pidieron a la población, a través de la megafonía de las mezquitas, que participase en el recibimiento y saliese a las calles a saludar al príncipe, que mantuvo encuentros políticos, inauguró obras y visitó proyectos de construcción financiados por la cooperación de su país.

La visita ha provocado fuertes críticas en Cisjordania, donde el Gobierno de Fatah, encabezado por el presidente, Mahmud Abás, considera que sirve para legitimar al Ejecutivo islamista Hamás en la franja y agudizar la división palestina.

Desde que Hamás tomó el poder en el territorio, tras expulsar a las fuerzas leales a Abás en junio de 2007, Gaza y Cisjordania mantienen dos gobiernos separados que no colaboran entre si, y que, pese a la firma de distintos acuerdos, no han logrado reconciliarse.

Fatah ha pedido el boicot a la visita y asegurado en un comunicado que "buscar un poder político en la región a expensas del pueblo palestino, de sus derechos y su unidad es inaceptable".

El escrito añade que la ayuda de cooperación a los palestinos no es ningún regalo, sino "un deber nacional y sagrado" y pide que se gestione a través de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que también encabeza Abás.

Dirigentes de otras facciones, como el Frente de Resistencia Popular o el Frente Popular para la Liberación de Palestina también criticaron la visita, al compartir la opinión de que agudiza la división política, especialmente cuando la OLP trata de obtener el reconocimiento a Palestina como Estado por parte de la Asamblea General de la ONU.EFE

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