Las gaviotas, el terror del verano inglés

  • Las gaviotas han sembrado el pánico este verano en Inglaterra atacando a animales domésticos y robando comida de las propias manos de la gente, un fenómeno que ha hecho las delicias de la prensa sensacionalista.

"Una gaviota me robó el iPhone" (The Sun), "El momento en que una gaviota asesina se volvió caníbal" (The Daily Mail), "Gaviotas psicópatas mantienen a raya a los inmigrantes ilegales" (Daily Express), o "Pandillas de gaviotas aprenden nuevos trucos para robar tu comida" (The Sunday Times), son algunos de los titulares aparecidos en las últimas semanas.

Nunca estos pájaros habían sido tan populares desde que Eric Cantona, el futbolista francés del Manchester United, agredió en 1995 a un espectador y, por toda explicación, dijo: "cuando las gaviotas siguen al barco, es porque creen que tirará sardinas al mar".

Las gaviotas ya no parecen vivir de las sardinas de los barcos pesqueros, sino de los "fish and chips" que los turistas compran, por ejemplo, en los puestos de Brighton, el Biarritz de la costa sur inglesa, otrora residencia veraniega de reyes y hoy destino popular.

"Estoy seguro de que están entrenadas por terroristas", bromeó Cliff Faires, propietario del Brighton Shellfish and Oyster Bar, un quiosco de pescado y mariscos en la playa del que cuelga un cartel avisando: "Las gaviotas le quitarán la comida. Tenga cuidado. No asumimos ninguna responsabilidad".

Faires se refería al método habitual de ataque de los pájaros, descrito a la AFP por varios testigos. Primero llega una que se abalanza sobre el portador de la comida, aleteando a su alrededor, a veces demasiado cerca. Cuando la persona, asustada, suelta la comida, llegan las otras gaviotas a por el botín, a veces en grandes números.

"Les gusta todo, menos el limón... y el tabasco", explicó Faires.

"Veo a las gaviotas llevarse la comida de la gente tres o cuatro veces al día. Sobre todo cuando hace buen tiempo", contó Chris, un empleado de un puesto de pescado frito en el muelle de Brighton.

"Lo peor que he visto fue cuando una se posó en la cabeza de una anciana que comía un hot-dog", narró a la AFP.

"Nunca había sido tan malo, es el peor año", sentenció Jack Messenger, del Sea Haze Bar, otro puesto en la playa, antes de bromear sobre los beneficios comerciales: "como las gaviotas roban la comida, la gente tiene que comprar más".

Las gaviotas se han convertido en un problema en casi todo el sur de Inglaterra, y no sólo en localidades turísticas junto al mar, también en ciudades como Bath o Bristol, más al interior.

Los expertos coinciden en que hay más que nunca, por una combinación de factores, entre otros que se han acostumbrado a vivir demasiado cerca de las personas y son especialmente agresivas defendiendo su territorio cuando tienen a las crías en los nidos, en julio, pero califican de histeria la inquietud general.

Hay noticias de la muerte de tres animales domésticos en los últimos meses picoteados por gaviotas, los tres en el sudoeste de Inglaterra: una tortuga y dos pequeños perros, un chihuahua en Devon, y un Yorkshire Terrier, también en Cornualles.

"Le salía sangre de la cabeza, parecía la escena de un asesinato", dijo a la prensa Emily Vincent, la propietaria del Yorkshire Terrier, que fue atacado en el jardín cuando estaba con su hijo pequeño.

Está prohibido matarlas, y la manera de combatirlas es destruir sus huevos, o soltar aves rapaces que las ahuyenten, como el búho Yoda, al que la Universidad de Bath acaba de distinguir con una tarjeta de lector de la biblioteca por mantener a las gaviotas a raya.

El primer ministro David Cameron, consultado por el problema, dijo a BBC Radio que "hay que tener una gran conversación sobre el tema".

"Leyendo esta mañana los diarios sobre lo agresivas que se han vuelto en Saint Ives, por ejemplo, creo que tenemos un problema", estimó el premier.

Sin embargo, Tony Whitehead, portavoz de la Sociedad Real para la Protección de los Pájaros (RSPB), dijo a la AFP que "la histeria es injustificada".

"Hay un problema", explicó, "pero no estoy de acuerdo en demonizar a toda la especie por unos pocos incidentes".

Pete Rock, una autoridad en gaviotas urbanas, dijo que para resolver el problema hay que aumentar los recursos para estudiarlas, con tecnologías avanzadas como la telemetría satelital, en vez de destruir sus huevos.

"Están en la franja alta de la inteligencia. Saben todo lo que hay que saber sobre su radio de acción, dónde conseguir comida, dónde aparearse, dónde dormir cuando no tienen que incubar huevos, saben mucho de todo y nosotros no sabemos casi nada de ellas".

al/avl

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