Las grandes potencias, divididas frente al conflicto sirio

  • La crisis de los migrantes ha puesto de nuevo sobre la mesa la necesidad de acabar con el "caos sirio" pero las potencias occidentales, Rusia e Irán no logran ponerse de acuerdo pese a tener un enemigo común: el grupo Estado Islámico (EI).

Rusia, aliada del presidente sirio Bashar al Asad, opta por la acción diplomática y al mismo tiempo envía regularmente armas a Siria, lo que preocupa a Estados Unidos.

"Los rusos, que han invertido tanto en Asad, tratan de llevar al secretario de Estado norteamericano John Kerry a una negociación sobre Siria" pero "Barack Obama se niega a implicarse" en esa vía, resume un diplomático europeo que pide el anonimato.

Estados Unidos, al frente de la coalición árabo-occidental, lleva a cabo desde hace un año bombardeos contra el EI en Irak y en Siria, afirmando que tiene éxito. Pero la opinión pública se fija sobre todo en las pérdidas de la ciudad iraquí de Ramadi y de la ciudad antigua siria de Palmira.

"Evidentemente, los bombardeos aéreos no son suficientes, y uno se pregunta incluso si son necesarios", señala Claire Talon, de la oenegé Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos. "Desde hace un año, los bombardeos de la coalición no han cambiado nada", asegura.

Según Emile Hokayem, del International Institute for Strategic Studies (IISS), "el hecho de tener el mismo enemigo no quiere decir tener la misma prioridad de combatirlo ni de la misma manera".

Francia y Gran Bretaña, blanco de cruentos atentados yihadistas (17 muertos en París en enero, 30 británicos en Túnez en junio), se negaban hasta ahora a intervenir en Siria para no favorecer indirectamente al régimen del presidente Bashar al Asad.

Pero han cambiado de posición y ahora se plantean bombardear el ese país. Australia se unió el miércoles a esa posición.

No obstante, los expertos creen que esa implicación aérea no hará retroceder al EI. "No es un problema de capacidades, es un problema de estrategia", y "no cambia por agregar aviones para destruir más blancos", argumenta el experto del IISS.

Irán, que vuelve a ser un interlocutor internacional tras el acuerdo sobre su programa nuclear, podría desempeñar un papel clave en la solución del conflicto sirio. La cuestión es en qué sentido.

Los iraníes "van a destinar más recursos a la guerra en Siria", asegura Jeffrey White, del Washington Institute for Near East Policy.

Frente a Teherán, algunos países árabes participan en los bombardeos en Siria pero su ayuda a los opositores sirios no es uniforme. "Los saudíes no tratan con el grupo Al Nosra (afiliado a Al Qaida) y Catar lo sostiene", señala un experto de la región.

Después de cuatro años de conflicto, que echó de sus casas a millones de refugiados, las negociaciones parecen todavía muy lejanas. "Siria es un problema sin solución", considera un alto funcionario occidental pidiendo el anonimato.

La urgencia debería ser "encontrar una solución política para obtener la salida de Bashar al Asad, responsable de increíbles crímenes contra su propia población", considera Claire Talon.

"La mayoría de los refugiados que salen de Siria lo hacen a causa de Asad y no del Estado Islámico", afirma también Emile Hokayem. "Él es el problema", coincide Jeffrey White.

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