Las mayores atrocidades que los nazis cometieron en el campo de Treblinka

    • Cerca de Varsovia, a 70 kilómetrosde la capital polaca, se encuentra la estación de Treblinka, donde se encuentra uno de los campos de exterminio donde los nazis cometieron las mayores atrocidades durante la Segunda Guerra Mundial.
    • "Los días en que los jefes se enteraban telefónicamente por los comandos de exterminio en Lublin de que ningún nuevo transporte llegaría al día siguiente, los asesinos, por sadismo, hacían que la gente permaneciera amontonada en las cámaras de gas,para que se asfixiaran por falta de oxígeno", describe Chil Rajchman, quien entonces trabajaba como "dentista" en Treblinka.
Fallece el último superviviente del campo de exterminio de Treblinka// Reuters
Fallece el último superviviente del campo de exterminio de Treblinka// Reuters

Chil Rajchman arrancaba, con 28 años,los dientes de oro y plata a los muertos en el campo de exterminio de Treblinka.Un tren conduce a la estación del campo, a 70 kilómetros de Varsovia.

"En un rincón de la cabaña había una caja cerrada en la que se guardaba el oro y el platino de los dientes, así como brillantes que s encontraban en las coronas y dinero y joyas que hallaban debajo de los vendajes de los cuerpos desnudos, así como en la vagina de las mujeres".Le mostraron sus testículos en un tarro de cristal

Son bien conocidas las muchas atrocidades que llegaron a cometer los nazis tiempos de la Segunda Guerra Mundial, durante la dictadura de Hitler, en los diversos campos de exterminio de judíos repartidos por el territorio que se encontraba bajo el dominio alemán.

"Ya puedes volver a mirarte los huevos, pero ahora en conserva". Estas palabras son las que le dirigió un comandante aOtto Giering, sastre de 19 años transferido a Sachsenhausen a principios de 1939, después de sedarlo y castrarlo, mientras levantaba un tarro de cristal.Esperaban su turno mientras escuchaban los gritos de los que morían por el gas

"A veces las cámaras de gas estaban tan llenas que los guardas de las SS tenían que obligar a algunos prisioneros a esperar fuera, hasta que llegase su turno...escuchaban los gritos de agonía de los que estaban dentro y aguardaban durante horas su propia muerte, sufriendo el dolor más aterrador del mundo". Así explica Lejb Langfus una de las muchas atrocidades que se vivieron en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.

Hasta 400 personas eran apiñadas en cada una de las 10 cámaras donde la aplicación de gas se prolongaba durante 20 minutos.

Hubo una revuelta en Treblinka en la que los prisioneros lucharon con las cercas eléctricas y los disparos de los nazis por salir de aquel lugar que no era sino una tumba de muertos vivientes. 48 horas sin oxígeno

"Los días en que los jefes se enteraban telefónicamente por los comandos de exterminio en Lublin de que ningún nuevo transporte llegaría al día siguiente, los asesinos, por sadismo, hacían que la gente permaneciera amontonada en las cámaras de gas, para que se asfixiaran por falta de oxígeno. Una vez permanecieran así durante 48 horas y, cuando abrieron las puertas, una parte de la gente todavía mostraba signos de vida", describe Rajchman. Cuenta cómo los miembros de las SS observaban por las mirillas para ver si estaban todos muertos. Los cuerpos estaban hinchados y negros, con el rostro negro "como carbonizado".

Las fosas comunes a las que arrojaban los cuerpos tenían unos 50 metros de largo y cuatro pisos de profundidad.Los trabajadores alemanes de los campos recibían latigazos

Los castigos no sólo se dirigían a los judíos, sino también a los a trabajadores alemanes encargados de ejecutar órdenes en los campos de exterminio.

En una ocacsión un alemán vio destellar un diente de oro en la boca de un cadáver apilado en la fosa y las culpas cayeron sobre Rajchman, quien ocupaba el último lugar en la fila. Él saltó a la fosa y arrancó el diente y, una vez arriba, el comandante de las SS le ordenó tenderse sobre el suelo y le propinó 25 latigazos. Cuando volvió a ocurrir fueron 70 veces las que le azotó con el látigo.

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