Lindsey Vonn toma asiento en su trono

  • Whistler (Canadá).- La estadounidense Lindsey Vonn cumplió los pronósticos que la señalaban como la gran favorita al triunfo en las pruebas de esquí alpino de los Juegos de Vancouver y hoy, miércoles, se proclamó campeona olímpica de la prueba reina, el descenso.

Lindsey Vonn toma asiento en su trono
Lindsey Vonn toma asiento en su trono

Whistler (Canadá).- La estadounidense Lindsey Vonn cumplió los pronósticos que la señalaban como la gran favorita al triunfo en las pruebas de esquí alpino de los Juegos de Vancouver y hoy, miércoles, se proclamó campeona olímpica de la prueba reina, el descenso.

Lindsey brilló de nuevo, esta vez sobre la pista Franz -de 2.939 metros, con salida a 1.595 metros y un desnivel de 770- que cubrió en un tiempo ganador de un minuto, 44 segundos y 59 centésimas, 56 menos que su compatriota Julia Mancuso, que completó un doblete estadounidense en la primera prueba femenina del deporte rey.

Después de varios aplazamientos, debido a una meteorología muy variable, en la que de un pequeño diluvio se puede pasar a una gran nevada en cuestión de minutos, Whistler mostró hoy su cara más atractiva y la prueba se disputó bajo cielo azul y sol radiante.

Con una pista en perfectas condiciones, pero muy exigente, como probaron las espectaculares caídas -ninguna, por fortuna, con resultado grave-, en el muro final de entrada a meta de la suiza Dominique Gisin, la italiana Daniela Merighetti o la sueca Anja Paerson, que marcaba tiempo de medalla de plata antes de sufrir un espectacular vuelo.

O la de la rumana Edith Miklos, aún más espectacular -volteando sobre sí misma- y que le hizo más daño, en una zona más alta del recorrido.

La plata se la llevó Mancuso, que asombró con una puesta en escena impresionó con la que pulverizó, mejorándolo en nueve décimas, el crono de la austriaca Elisabeth Goergl (1:45.65), que se marchó llorando de alegría después de hacerse con el bronce, por delante de su compatriota Andrea Fischbacher.

Pero está claro que el dominio de Lindsey es brutal, sobre todo en las disciplinas de velocidad. Vonn, en otra dimensión: así podría rezar un lema que describiera la superioridad de una esquiadora que, antes de entrar en Vancouver, a sus 25 años ya era doble campeona mundial y que había ganado dos veces la Copa del Mundo, competición en la que ha logrado nueve de sus 31 victorias esta temporada.

De todas ellas, Vonn -que esquiaba como Lindsey C. Kildow de soltera, hasta que adoptó el apellido de su marido y técnico, Thomas, ex esquiador que integró el equipo USA en los Juegos de Salt Lake City, hace ocho años- lleva más de la mitad en la prueba reina.

Y hoy no podía dejar escapar su gran oportunidad, a pesar de haber entrado en la Columbia Británica con unas molestias en su espinilla derecha que, si no han sido exageradas por la propia interesada y su entorno, la conceden otro punto más sobre el resto en cuanto a capacidad de recuperación.

Sin dejarse impresionar por el 'carrerón' de Mancuso -campeona olímpica de gigante en Turín, hace cuatro años, y que hoy resurgió de sus cenizas, después de unas temporadas en las que rindió por debajo de su enorme talento-, Lindsey echó el resto durante los casi tres kilómetros de la pista Franz. Y demostró que no por casualidad ha ganado cinco de los seis descensos disputados esta campaña.

Mejoró el crono de su compatriota en más de medio segundo y paró el reloj en 1:44,19, un tiempo que la hizo acreedora a suceder en el historial olímpico a la austriaca Michaela Dorfmeister, que en Turín'06 se despidió por la puerta grande ganando ambas pruebas de velocidad.

Su gran rival y amiga Maria Riesch era la única que podía inquietar a la campeona de Minesota. Pero la alemana, que venía de ganar el descenso de St.Moritz (Suiza) -el único que no se anotó Vonn esta temporada-, no tuvo su mejor día y concluyó octava, por detrás de la suiza Fabienne Suter, de la canadiense Britt Janyk y de la francesa Marie Marchand-Arvier -que ocuparon, por ese orden, los puestos del quinto al séptimo-.

Su magistral puesta en escena le supuso a Vonn el único título que la faltaba en su ya de por sí brillantísimo palmarés. A partir de ahora, para ella todo será miel sobre hojuelas. Y tiene pinta de que aún queda muchísima miel.

La española Carolina Ruiz, que se cayó en el último descenso disputado, el de St.Moritz (Suiza), donde se lastimó la cadera y las costillas, logró sobreponerse de sus molestias y hoy finalizó, en su tercera comparecencia olímpica, en un meritorio decimoquinto puesto.

Mañana, jueves, si el tiempo no lo impide, se disputará la combinada femenina. En la que la estrella del equipo USA podría lograr su segundo oro, en dos jornadas consecutivas. Lindsey está empeñada en dar la razón a sus seguidores, que la apoyan con gorros y banderas alusivos a los Juegos de "Vonn-couver". Es la reina en el deporte rey. Lindsey es un cañón.

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