Tragedia en Porrera

Llach, cantautor, 'indepe' y bodeguero del Priorat... hasta que llegó Filomena

La nieve ha hundido el techo de la bodega del Celler Vall Llach, donde la empresa etiqueta, embotella y guarda sus vinos. Está dañada la maquinaria, las tinajas y caldos de 2018, 2019 y 2020 tras un año ya difícil.

Así ha quedado el almacén de la bodega del Celler Vall Llach en Porrera (Tarragona) tras el paso de Filomena
Así ha quedado el almacén de la bodega del Celler Vall Llach tras el paso de Filomena
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Lluís Llach es un reconocido y aclamado cantautor, político independentista y bodeguero... hasta que llegó la borrasca Filomena. La intensa nevada que ha azotado la Península desde el pasado viernes ha castigado con fuerza muchas zonas de Tarragona, entre ellas Porrera, donde hace 25 años y junto a un amigo de la infancia, Enric Costa, inauguró Celler Vall Llach. Se trata de una pequeña bodega que destaca entre la decena que hay en la localidad por apostar por la calidad más que por la cantidad. Es un negocio que hasta 2018 era rentable porque genera beneficios -88.680€ según las últimas cuentas anuales presentadas en el Registro Mercantil-, pero que un año más ha visto mermadas sus ventas de poco más de un millón.

Algunas declaraciones del que fuera diputado de Junts pel Sí fueron utilizadas para pedir el boicot contra sus vinos, que ahora se enfrentan a uno de los momentos más críticos de su historia. A la crisis económica generada por la Covid-19 hay que sumar una mala cosecha en 2020 castigada por el hongo mildiu -seca el racimo y hojas reduciendo la producción de la viña- y, ahora, la trágica noticia del derrumbe del techo de una parte de la bodega donde se etiquetan, embotellan y guardan los vinos, y que ha provocado cuantiosas pérdidas. "Se te encoge el corazón, pero no nos queda otra que salir adelante", asegura su director, Roger Simó, a La Información

Eran las 06:15 horas del pasado domingo cuando su mujer escuchó un ruido ensordecedor. Desde ese momento, el teléfono móvil de Simó no paró de sonar. Vive a escasos metros de la bodega y no dudó en salir corriendo. Ante sus ojos una imagen que difícilmente olvidará: "Todo se había venido abajo". El peso de la nieve acumulada sobre la teja de este almacén cuyo edificio data de 1880 hizo que colapsara. Bajo los escombros han quedado los depósitos, las tinas de acero, la prensa, la etiquetadora, cerca de 40.000 botellas de vino... tras un año "ya difícil". En la bodega todavía quedaba parte de la cosecha del 2018 -unos 5.000 litros-, la del 2019 a la espera de ser embotellada para enviar en un mes al mercado alemán y la de 2020 que todavía seguía en los depósitos para poner en las barricas. 

A toda esta pérdida hay que sumar el stock que por la crisis del coronavirus seguía en el almacén siniestrado. "No sabemos lo que se podrá salvar", declara con resignación el director de la bodega, consciente de que todavía es complicada la movilidad en la localidad y a la espera de que se puedan empezar las labores de desescombro. En las conversaciones de las quince familias que viven de esta bodega en una población de poco más de 400 habitantes se mezclaban los sentimientos de pena por lo sucedido y de miedo por el futuro -"aquí no hay industria"- con el alegría porque cuando sucedió "no había nadie trabajando. Si llega a pasar hoy es una tragedia". Simó no olvida tampoco a todos esos viticultores a los que cada año compran uva y que en muchos casos viven también de ellos. Es por lo que insiste en que "hay que salir adelante". 

Ese optimismo bebe de las cientos de muestras de apoyo y cariño "que estamos recibiendo". Una de ellas del expresident de la Generalitat inhabilitado por desobediencia Quim Torra: "Con todo el apoyo que le podamos hacer llegar. Fuerza y nos tiene al lado". Se lo escribía al actual socio de Llach, Albert Costa. Este enólogo que ha llevado los vinos de la empresa Celler Vall Llach S.L. hasta California (EEUU), donde se formó, ha cogido las riendas de su padre tras fallecer en 2013 y es junto al cantautor y exdiputado por Girona en los años en los que el independentismo catalán más crecía, una de las cabezas visibles de un negocio que en España, según indican en su web, distribuyen hasta en 15 provincias exceptuando Madrid y toda la zona centro. Puntualiza Simó que dicha estrategia empresarial "no responde a nada" y en la capital del país sí se pueden encontrar sus vinos en puntos más especializados como la zona Gourmet de El Corte Inglés o Bodegas Santa Cecilia.  

A la hora de mostrar sus puntos de distribución hacen una distinción entre el comercio en Cataluña -donde incluyen Palma de Mallorca- y España. En otro apartado se habla de Europa, donde tienen su segundo mercado más fuerte (Alemania) e incluso llegan a Moscú. En los distribuidores del 'Resto del mundo' está el que es su mayor generador de ingresos, vendiendo allí el 30% de la producción: EEUU. En California cuentan con un gran distribuidor que hace llegar este vino con denominación de origen del Priorat hasta el resto de estados americanos.  No hay distribuciòn en Madrid pero su expansión a otros 30 países les lleva a puntos de Japón, China o Australia debido en parte al "reconocimiento del vino a nivel mundial que lleva a que gente de otras partes del mundo nos quieran tener", reflexiona Simó.

Ahora el negocio se frena en seco tras el paso de la borrasca Filomena y a la espera de ver hasta donde pueden alcanzar las pérdidas Albert Costa también ha aprovechado las redes sociales para echar la vista atrás a tantos años de historia y garantizar que la bodega seguirá adelante. Lo hacía desde el aislamiento que sufría en su massia por el temporal, sin poder llegar a contemplar el daño material y sentimental que el temporal ha dejado en el almacén de la bodega que levantaba su padre en un edificio ubicado en la plaza más emblemática del pueblo, la Plaza de Cataluña. La Final, como se le conoce, es la construcción privada más vieja y grande de Porrera dedicada desde siempre a la elaboración del vino.

Entre ellos el vino insignia, un Vall Llach, cuyo precio de la botella ronda los cien euros. Embruix es el más popular (20 euros la botella). Destaca en esta bodega la botella cuyo nombre rinde homenaje a la madre del cantautor: Maria de Cal Vall. Se trata de un caldo rancio seco de garnacha negra y envejecido en botas muy antiguas de castaño y acacia que María heredó en los años 50 del siglo pasado. En este caso el número de botellas no alcanza las 300 en una bodega que al año puede manipular 100.000 kilos de uva para producir 100.000 botellas de vino "según la producción". 

Falta el fatídico recuento de las botellas perdidas en un suceso que todos tachan ya de catástrofe en la zona. Por eso, desde el consejo Regulador DOC Priorat han lanzado en cuestión de horas una recolecta para ayudar en la reconstrucción pidiendo donativos que van desde los 15€, 25€ o 50€ hasta el importe que cada uno quiera dar a esta bodega que "nació poner en valor el patrimonio cultural de Porrera" restaurando dos edificios que "llevo viendo desde hace casi 60 años que vivo aquí", indican a este medio desde una casa rural de la localidad que tiene claro que "una cosa así daña aún más el turismo de la zona". 

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