Los abusos sexuales a menores en Camboya siguen creciendo por la impunidad y los funcionarios corruptos

  • El índice de abusos sexuales y violaciones a menores en Camboya no sólo continúa siendo muy alto, sino que sigue aumentando, según las cifras que manejan tanto el Gobierno como ONG locales y extranjeras, las cuales apuntan a la escasez de procesos judiciales y la corrupción que impera entre los funcionarios, sobre todo en los cuerpos policiales.

MADRID, 23 (EUROPA PRESS) El índice de abusos sexuales y violaciones a menores en Camboya no sólo continúa siendo muy alto, sino que sigue aumentando, según las cifras que manejan tanto el Gobierno como ONG locales y extranjeras, las cuales apuntan a la escasez de procesos judiciales y la corrupción que impera entre los funcionarios, sobre todo en los cuerpos policiales. Así lo asegura la ONG camboyana Licadho, que alerta de que las acusaciones y condenas por abusos sexuales a menores no son una norma en el país asiático. Los violadores se sienten protegidos por un sistema judicial débil y corrupto que provoca que no se conozcan la mayoría de los casos y, por tanto, que éstos no sean castigados. Policías locales "nos han dicho directamente que ayudan a los violadores" a no ser acusados "para obtener beneficios económicos y así suplir sus bajos salarios", explica Eng Chhun Han, coordinador de Licadho en Pursat, la cuarta provincia más grande de Camboya. En declaraciones recogidas por el diario local 'The Phnom Penh Post', el coordinador señala que la Policía cuenta con "numerosas estrategias para ayudar a los violadores a escapar de la justicia, como intentar persuadir o amenazar a las víctimas para que no acudan a los tribunales, o decirles que es una pérdida de tiempo y que dañará su reputación". En este sentido, afirma que se ha producido un incremento de los abusos sexuales a menores y de las violaciones en general desde el año 2005. Así, cuenta el caso de una menor que fue violada en Pursat el pasado mes de octubre por un hombre de su misma localidad. El caso pasó a manos de un tribunal para una investigación en profundidad, pero fue liberado en enero sin ser juzgado. "Este tipo de corrupción en la Policía local y las autoridades judiciales supone que (los culpables) no tienen miedo de repetir sus crímenes", añade Eng Chhun Han. Para Am Sam Ath, supervisor de la misma organización, la actitud y la cultura de la sociedad camboyana al respecto también juega un importante papel en esta impunidad. "Algunos hombres piensan que al tener relaciones sexuales con niñas les hace vivir más y hacerse más fuertes", indicó.FALTA DE ACTUACIÓN El pasado año se registraron 419 casos de violación y la mayoría de ellos, unos 280, fueron abusos sexuales a menores, según las cifras que maneja la Asociación de Derechos Humanos y Desarrollo de Camboya (ADHOC). La ley camboyana establece que los menores de 15 años no tienen la madurez suficiente para decidir en una relación sexual, por lo que, según el Código Penal en vigor, cualquier acto sexual entre un adulto y un niño de menos de dicha edad está considerada violación, explica Sok Sam Oeun, director del Proyecto de Defensores Camboyanos. La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) de Naciones Unidas, ratificada por Camboya, establece que los Estados deben proteger a los niños de toda forma de explotación y abuso sexual, lo que incluye la persecución de la prostitución de menores y la explotación de niños en actividades pornográficas. Sin embargo, el Gobierno camboyano admite que todavía se encuentra en la fase de comprender la escala de este problema en su país, por lo que aún falta tomar medidas efectivas para luchar contra ello. "Es muy duro evaluar si los casos de violación han aumentado o no... pero según la información que hemos recogido de los periódicos, las violaciones de menores se incrementan cada año y se están volviendo más brutales", manifiesta Chou Bun Eng, secretaria de Estado del Ministerio del Interior. Según explica, el ministerio ya ha empezado a recabar sus propios datos sobre este problema, pero asegura que el sistema hasta ahora usado, el de la información que ofrece la prensa, sigue siendo más fiable y en el que se basan las autoridades. Ket Marady, directora del Departamento de la Mujer del Ministerio del Interior, afirma que, según los datos recogidos por la prensa, en el año 2007 se produjeron 186 casos de violación, de los cuales 127 fueron de menores. Las cifras ofrecidas por los medios sobre 2008 aún no han sido cotejadas por el Gobierno. "Nuestro ministerio sólo tiene estadísticas de informaciones de tres periódicos locales. No es un parámetro nacional, sólo datos básicos que podemos utilizar para intervenir cuando veamos algunas irregularidades", añade. A este respecto, Lim Mony, de la asociación ADHOC, asegura que, estadísticamente hablando, el problema de los abusos sexuales a menores está descendiendo, pero que esto es debido a un cambio en los métodos de información de los casos. "Aunque las estadísticas indican un descenso, se debe principalmente a que el Gobierno y las ONG trabajan de forma separada en el registro del número de casos", explica a 'The Phnom Penh Post'.COSTUMBRES ARRAIGADAS Por otra parte, Lim Mony denuncia que las violaciones a niños son cometidas "principalmente por familiares y vecinos, especialmente en el campo, donde la gente no tiene mucho acceso a la educación", lo que sugiere que los casos de pedofilia por parte de extranjeros suponen, de hecho, una minoría. Para el doctor Ken Wilcox, psiquiatra en Phnom Penh, las causas del alto índice de abusos sexuales a menores en Camboya son "las mismas que en los países occidentales", pero se abandona el "tratamiento social y psicológico" de este problema, como el trabajo con las víctimas y el aislamiento para los violadores. El enfoque actual sobre la cuestión "no está dirigiéndose a la raíz del problema", considera Wilcox, quien subraya que el trabajo que realizan las ONG con las víctimas de abusos es una parte muy importante del tratamiento, pero "un trabajo muy pequeño" en lo que respecta a la sociedad".

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