Los cronistas de Al-Andalus veían a los reinos cristianos "muy economicistas"

  • Los cronistas musulmanes de Al-Andalus a partir del siglo XI perciben la política de los reinos cristianos del norte como "muy economicista" al ver que está, sobre todo, dirigida al desgaste de los recursos económicos árabes con el fin de crear una dependencia financiera favorable.

Antonio Martín

Alicante, 13 ene.- Los cronistas musulmanes de Al-Andalus a partir del siglo XI perciben la política de los reinos cristianos del norte como "muy economicista" al ver que está, sobre todo, dirigida al desgaste de los recursos económicos árabes con el fin de crear una dependencia financiera favorable.

Así lo ha explicado a EFE la especialista en terminología y en relaciones islamocristianas de la Universidad de Alicante (UA), la arabista Eva Lapiedra, quien desde hace casi dos décadas ha estudiado más de 15.000 páginas de dieciocho cronistas oficiales de emires, califas o gobernantes de Al-Andalus y los países que ahora forman el Magreb.

Más que reflejar una imagen ideológica o de "guerra santa" del cristiano, resaltan en sus escritos su afán recaudatorio y la avidez por apoderarse del territorio musulmán.

La originalidad de los estudios de Lapiedra se debe, en gran parte, a que es más común abordar las relaciones cristiano musulmanas desde el lado conocido, es decir, desde el punto de vista de cómo los cristianos percibían a sus enemigos árabo-musulmanes, que al revés.

Sin embargo, las crónicas cristianas, sobre todo hasta el siglo XII, están menos elaboradas, y el estudio minucioso de las árabes y de la terminología que en las mismas se usa aporta valiosos datos sobre la formación de los reinos cristianos peninsulares y ayuda a comprender las complejas relaciones entre los dos lados, según la arabista de la UA.

Estas crónicas escritas en árabe, algunas enciclopédicas, relatan los hechos relacionados con el poder, siempre desde la óptica del gobernante y aportando noticias sobre el califa o emir de turno.

También de sus esposas e hijos, de las celebraciones y la recepción de embajadas, así como de los nombramientos, destituciones, defunciones, desastres naturales, anécdotas y todo lo relativo a las campañas y batallas contra los enemigos cristianos.

Algunos de estos valiosos documentos son anónimos y otros son de autores tan relevantes y reconocidos entre los siglos VIII y XV como Ibn al-Qutiya, descendiente del rey godo Vitiza, o Ibn Hayyan, el gran historiador del periodo omeya.

También han sido estudiados por Lapiedra Ibn Bassam de Santarem, el cronista de los almohades Ibn Sahib al-Sala, Ibn Idhari de Marrakech, el granadino Ibn al-Jatib o el famoso Ibn Jaldún, autor magrebí cuya familia provenía de la península Ibérica, entre otros.

Uno de los resultados de este exhaustivo trabajo es que estos cronistas utilizaban dieciséis denominaciones para referirse a los cristianos, la mayor parte de ellas tomando como referencia su superioridad religiosa.

Entre las más usadas está "nasara" (cristianos, palabra probablemente derivada de nazarenos) y también hay otras mucho menos habituales como "ahl al-kitab" (gentes del Libro o monoteístas), "ahl ad-dimma" (protegidos) o "mu'ahida" (que están sujetos a un pacto), estas dos últimas referidas a los cristianos que vivían dentro de territorio andalusí, conocidos como "mozárabes".

"Ada' Allah" (enemigos de Dios), "mushrikun" (asociadores, politeístas), "kafara" (infiel, de donde viene el español "cafre"), "tagiya" (tirano o dirigente cristiano), "abid al-sulban/al-asnam" (adoradores de las cruces/de los ídolos) son términos explícitamente negativos utilizados especialmente en la descripción de batallas.

A excepción de una, "uluy", que viene a significar "bárbaros o incivilizados", todas aparecen en el Corán, lo que hace que traspasen el ámbito puramente medieval para mantener una funcionalidad potencial en el discurso político-religioso actual.

Como anécdota, el referido "uluy" fue utilizado hace unos años por el entonces presidente iraquí Sadam Husein para denominar a los estadounidenses durante la invasión del país.

En todo caso, las crónicas históricas son textos propagandísticos que transmiten una visión estereotipada del enemigo, distinta de la que pueden ofrecer otras fuentes como las jurídicas o las literarias.

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