Los cultivos españoles se exilian

  • España registra el mayor terreno dedicado a agricultura ecológica de la Unión Europea, pero sus productos se consumen fuera.
Los cultivos españoles se exilian - EFE
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Sara Acosta

España vive una paradoja en su apuesta por la agricultura ecológica, es decir, aquella que escapa del cultivo intensivo, reduce al mínimo, cuando no hace desaparecer, el uso de pesticidas químicos y vela por el bienestar animal.

En 2008, España contaba con 1,3 millones de hectáreas de cultivo ecológico, la cifra más elevada de la Europa de los Veintisiete, por delante de Italia, Alemania, Reino Unido y Francia. La cifra es de Eurostat y ha sido publicada esta semana. El organismo estadístico de la UE, con sede en Luxemburgo, arroja que en total, el terreno de la UE dedicado a este tipo de agricultura creció un 21% entre 2005 y 2008. Entre 2007 y 2008, el terreno ecológico cultivable creció hasta un 33% en España, un 22% en Bulgaria y un 19% en Eslovaquia.

Esta evolución coincide con el auge de una agricultura más 'verde', coherente con una mayor preocupación del consumidor por la calidad de los alimentos que se lleva al estómago. Sin embargo, arroja una paradoja. Pese a liderar la extensión de cultivo, España no consume lo que produce. Sólo el 2% de los cereales, frutas, verduras y carne que salen de los campos de cultivo son ecológicos en España. Y de este porcentaje, una ínfima cantidad se consume dentro de sus fronteras. La mayoría sale a otros países europeos. "Sale lo mejor", explica una pequeña explotación dedicada al cultivo de naranjas naturales.

El principal problema es el cuello de botella que genera el sistema de distribución de estos productos, que salen al mercado fuera del calendario mayorista y son siempre de temporada, osea más caros. Esto hace que los tomates, de verano, no se comercialicen en invierno. Los que inundan el mercado proceden bien de los invernaderos, bien de Marruecos. Por ello, los productores prefieren darles salida fuera, en Francia o en Alemania, donde este tipo de consumo está más generalizado.

El sector en España reconoce que el gran reto será mejorar la distribución para abaratar precios. Aunque los productores avisan. "No es posible comparar nuestros productos, de excelente calidad, con los que están a la venta en los supermercados, donde no se cubren gastos", explican desde la cooperativa Red Calea, en Extremadura.

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