Los migrantes, un buen negocio para los taxistas austríacos

  • Aunque representan un quebradero de cabeza para los servicios de acogida, el flujo de migrantes que llegan diariamente a la frontera austríaca son un buen negocio para los taxistas locales, autorizados a transportarlos a través de este país centroeuropeo.

"Antes, estaba contento de ganar 150 euros en 12 horas. Ahora es lo que facturo por una sola carrera hasta Viena", explica Mohammed Altintop, de 30 años, mientras espera en el puesto fronterizo de Nickelsdorff, junto a casi 140 taxistas más, a los miles de migrantes procedentes de Hungría

La tarifa, anunciada claramente en un panel, no varía según el número de pasajeros y se aplica a todos los conductores. El joven taxista vienés, nacido en Austria de padres de origen turco, precisa que es el precio normal para este trayecto de 80 kilómetros.

A pesar de la presencia, también anunciada, de autobuses gratuitos y trenes con destinación Viena, los migrantes apurados por continuar su periplo hacia el oeste de Europa no dudan en tomar los taxis.

"Normalmente hago dos o tres viajes diarios", confiesa Mohammed, es decir que ganan unos 450 euros al día, inconcebible en circunstancias normales.

Su compañero Kevin Wittmann, de 23 años, pasó de trabajar el fin de semana a conducir a tiempo completo para no perderse esta oportunidad al volante de su vehículo de ocho pasajeros, con el que puede facturar la carrera a 170 euros.

"Hace tres semanas que vengo y conduzco todo lo que puedo. Los negocios van bien y pienso que durarán", asegura.

El cierre por parte de Hungría de su frontera con Serbia a mediados de septiembre redujo considerablemente el flujo de clientes durante varios días, pero los negocios volvieron rápidamente. Entre 1.000 y 2.500 personas llegan en trenes desde la frontera croata.

"Hace un mes que dura esto. El chollo circuló de boca en boca y por Facebook, y ahora toda Viena viene aquí", confirma Mohammed.

Austria decidió a principios de septiembre, de acuerdo con Berlín, facilitar la acogida y el tránsito hacia Alemania de migrantes, con lo que los taxistas profesionales pueden transportar sin riegos a los refugiados.

La única condición es que no crucen la frontera. Dos conductores austríacos que la cruzaron fueron detenidos hace algunos días en Baviera por haber transportado migrantes hasta Alemania.

"No tenemos el derecho de conducir migrantes hasta Alemania, solo hasta Salzburgo [ciudad austríaca situada en la frontera]. Hace un mes, muchos aún lo hacían", confirma Mohammed.

La introducción de controles en la frontera por parte de Alemania añadió riesgo a este práctica, a pesar de los 600 euros de la carrera de 400 kilómetros, explica.

Según Mohammed, la mayoría de refugiados que transporta abandonaron sus hogares por la guerra y no por la pobreza. "Tienen dinero, no son pobres". Kevin aprueba: "Pueden pagar la carrera sin problemas".

Said, un joven migrante originario de Damasco, asiente con la cabeza mientras analiza el coste de la carrera hasta Viena. "No creo que sea exagerada", dice.

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