Los obispos chilenos creen que su colega cesado tuvo una conducta "impropia"

  • La Conferencia Episcopal de Chile calificó hoy de "graves e impropias" las conductas del obispo de Iquique, Marco Antonio Órdenes, acusado de abusar sexualmente de un menor y cesado de su cargo por el Vaticano.

Santiago de Chile, 9 oct.- La Conferencia Episcopal de Chile calificó hoy de "graves e impropias" las conductas del obispo de Iquique, Marco Antonio Órdenes, acusado de abusar sexualmente de un menor y cesado de su cargo por el Vaticano.

"Lo que vivimos nos estremece y nos conmueve", señala una declaración dada a conocer por el presidente en funciones de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic.

Este dolor "cobra un carácter singular al ser el acusado un obispo llamado a ser un buen pastor y servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo", puntualiza la declaración, de ocho puntos.

El Vaticano anunció hoy la aceptación de la dimisión de Órdenes al obispado de Iquique, a 1.780 kilómetros al norte de Santiago, y la designación como administrador apostólico de la diócesis al arzobispo de Antofagasta, Pablo Lizama.

"Hoy estoy crucificado, golpeado y silenciado en la cruz", aseveró el obispo Órdenes en una rueda de prensa ofrecida el lunes por la noche en Iquique.

Órdenes, de 47 años, era el obispo más joven de Chile y fue denunciado por Rodrigo Pino, quien dijo haber mantenido relaciones sexuales con el obispo cuando era menor.

El prelado reconoció al diario La Tercera esas relaciones, pero sostuvo que el muchacho no era menor de edad y definió la relación como "un acto imprudente" del que estaba arrepentido.

Los obispos chilenos manifestaron su confianza en la investigación abierta por la santa sede sobre el caso e invitaron "a esperar serenamente el esclarecimiento de los hechos".

"Nos parecen de gravedad las conductas impropias que públicamente el obispo Órdenes ha reconocido. Creemos que este es un tiempo de reflexión y de plena colaboración con las instancias que corresponden", puntualiza la declaración.

"Muchas veces me equivoqué, pero nunca busqué dañar, ofender o manipular a nadie", dijo ante los periodistas el obispo acusado, que no había sido visto en Iquique desde que estalló el escándalo, el pasado 2 de octubre.

"Ante el juicio de Dios me siento tranquilo y en paz, pues Él conoce mi corazón y mi verdad. Ante el juicio del mundo, no resulta fácil defenderse, sobre todo cuando se dice tanto, trastocando la verdad", sostuvo el prelado.

El fiscal del caso, Raúl Arancibia, interrogó el lunes al denunciante, Rodrigo Pino, quien aseguró haber mantenido relaciones con el obispo durante varios años y acompañó su declaración con fotos, correos electrónicos y un archivo de audio.

Pino precisó que conoció a Órdenes en 1997, cuando tenía 15 años y que los abusos habrían ocurrido desde diciembre de ese año hasta el año 2002.

Según dijo a los periodistas el fiscal Arancibia, en el caso "hay antecedentes que permiten concluir que habría otras personas en situación similar" a la de Rodrigo Pino.

El portavoz del episcopado chileno, Jaime Coiro, llamó a la comunidad de Iquique a "confiar en las instancias que están esclareciendo estos hechos, tanto en el fuero canónico, como en el fuero civil y penal".

"La situación en materia canónica sigue su curso en la Santa Sede", dijo Coiro, que indicó que por ahora Órdenes "sigue siendo obispo y puede ejercer su ministerio sacerdotal, pero no tiene ninguna función de gobierno en la diócesis".

"Él no ha pedido la dispensa ni ha perdido su estado clerical", remarcó y aseguró que la iglesia va a prestar "su mayor colaboración" a la investigación judicial.

Mostrar comentarios