Los orangistas celebran marchas protestantes marcadas por los disturbios

  • Miles de personas salen hoy a las calles de Irlanda del Norte para participar en los desfiles de la Orden de Orange, que conmemora la victoria del rey protestante Guillermo III sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690.

Dublín, 12 jul.- Miles de personas salen hoy a las calles de Irlanda del Norte para participar en los desfiles de la Orden de Orange, que conmemora la victoria del rey protestante Guillermo III sobre el católico Jaime II en la batalla del Boyne en 1690.

Se espera que cientos de las tradicionales bandas de tambores y flautas marchen en 18 desfiles programados en diferentes partes de la geografía de la región que, a menudo, también atraviesan zonas católicas y, en ocasiones, desembocan en disturbios.

Por ese motivo, la Policía norirlandesa (PSNI) ha desplegado un fuerte dispositivo de seguridad ante el temor de que se produzcan enfrentamientos entre católicos y protestantes y las fuerzas de seguridad, como los registrados la pasada noche en el oeste de Belfast.

Veintidós agentes de la PSNI resultaron heridos y cuatro de ellos tuvieron que ser hospitalizados, aunque su estado no reviste gravedad, después de que decenas de jóvenes nacionalistas lanzaran piedras y bombas de gasolina contra las fuerzas del orden, que respondieron con balas de plástico, en las áreas de Broadway y Oldpark, al oeste de la capital.

Antes, un autobús había sido secuestrado en Falls Road, en la misma zona, y su conductor y los pasajeros obligados a abandonar el vehículo, que fue conducido por unos desconocidos hasta un cordón policial.

Las fuerzas del orden se vieron obligadas, además, a recurrir a los tanques de agua para dispersar a un grupo de personas, entre 100 y 200, que lanzaron piedras contra la Policía.

La PSNI también reforzará hoy la seguridad en torno a la marcha que transcurrirá por el norte de Belfast y que, a su paso por el barrio católico de Ardoyne, concentrará a un gran número de efectivos policiales, después de que el pasado año los enfrentamientos en esta zona de la capital dejaran un balance de 48 agentes heridos.

Ahora las rutas que siguen los "orangemen" son pactadas por representantes de ambas comunidades con la Comisión de Desfiles, lo que propicia que el paso de los hombres del traje negro, bastón en mano, bombín a juego y orla naranja al cuello, sea visto como una concesión y no una imposición.

Aún así, un amplio sector nacionalista todavía considera que estas marchas celebran la supremacía de la comunidad protestante-unionista sobre la católica-nacionalista, origen de los más de cuatro siglos de conflicto en Irlanda del Norte.

En ese sentido, las celebraciones del 12 de julio están organizadas desde hace tres años bajo la marca del "Orangefest", una iniciativa publicitaria lanzada por la Gran Logia de la Orden de Orange para limpiar su imagen sectaria del pasado y atraer turismo a la región.

En consonancia con este nuevo clima festivo, los comercios del centro de Belfast ya no cerrarán sus puertas durante todo el día, como hacían antes, aunque muchos echarán el cerrojo durante unas horas como medida preventiva cuando los desfiles pasen por delante de sus calles.

Consciente de la imagen que todavía proyecta el movimiento orangista, la Orden cortó recientemente sus vínculos con el Partido Unionista del Ulster (UUP), su "hermano mayor" y principal representante de la comunidad protestante de la provincia hasta 2003.

No son pocas las voces dentro de la Orden, compuesta por unos 30.000 o 50.000 miembros, que creen que la logia ha sido usada por las formaciones políticas unionistas y paramilitares protestantes para atacar el acuerdo del Viernes Santo (1998) y el proceso de paz.

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