Los rebeldes congoleños se hacen fuertes en Goma y amenazan al resto del país

  • Los rebeldes del M23 se hicieron hoy fuertes en la ciudad de Goma, donde cientos de policías y soldados entregaron sus armas, y amenazaron con extender la ofensiva al resto de la República Democrática del Congo (RDC) y alcanzar Kinshasa.

Prince Yassa

Kinshasa, 21 nov.- Los rebeldes del M23 se hicieron hoy fuertes en la ciudad de Goma, donde cientos de policías y soldados entregaron sus armas, y amenazaron con extender la ofensiva al resto de la República Democrática del Congo (RDC) y alcanzar Kinshasa.

Los soldados y policías de la RDC que quedaron en la ciudad oriental de Goma -tras su captura, ayer, por los combatientes de Movimiento M23- se integraron hoy en el grupo insurgente.

Fuentes civiles en Goma informaron hoy a Efe por teléfono de que 398 soldados y 232 policías depusieron las armas y se unieron al M23, en un multitudinario acto celebrado en el estadio de la ciudad, capital de la provincia de Kivu del Norte y fronteriza con Ruanda.

Así, los desertores cumplieron el llamamiento realizado por los insurrectos, que pidieron a todos los efectivos de las fuerzas de seguridad congoleñas en la urbe que se desarmasen y se unieran a ellos en lo que consideraron "la nueva misión para salvar el país".

Además, los amotinados del M23 liberaron a todos los presos de la ciudad, a quienes incorporaron a sus filas.

"Ya basta con las autoridades de Kinshasa. No les queremos", gritó un alto cargo del M23 durante la operación de alistamiento de los nuevos soldados, que se sumaron a los 2.000 efectivos con que ya contaban los rebeldes antes de esos reclutamientos.

Según fuentes de la insurgencia, los rebeldes tienen previsto establecer mañana un Gobierno que administrará esa región, tras la huida de las autoridades locales.

Ese Ejecutivo estará dirigido por el jefe del ala política del M23, Jean-Marie Runiga, mientras que el ala militar lo encabezará el general Sultani Makenga, jefe del Estado Mayor del Ejército Revolucionario Congoleño (ARC, la nueva denominación del M23).

La amenaza rebelde de ganar más posiciones en el país se tradujo hoy en la conquista de la localidad de Sake, a unos 30 kilómetros al oeste de Goma, después de que las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) se retiraran de la misma durante la pasada noche.

Según confirmaron fuentes de la Misión de la ONU en el país (MONUSCO), los rebeldes se toparon con la resistencia de los Mai Mai -milicia que apoya a las FARDC- a las afueras de Sake, aunque los milicianos se retiraron y dejaron el camino expedito al M23.

El portavoz de los insurgentes, coronel Vianney Kazarama, aseguró que pretenden tomar también, en el plazo de una semana, la ciudad de Bukavu, capital de la vecina provincia de Kivu del Sur, y aspiran a llegar en el futuro a Kinshasa, a unos 1.600 kilómetros de esa zona.

Entretanto, el impacto de la toma de Goma en las FARDC se conoció hoy con más precisión, pues responsables del hospital militar de la ciudad informaron de que más de ochenta uniformados heridos en los combates de ayer han quedado abandonados a su suerte en el centro, y los cuerpos de otra decena soldados yacían hoy en las calles.

"Hemos perdido una batalla, no la guerra, y la victoria nos pertenece", admitió hoy el primer ministro de la RDC, Matata Ponyo.

En el terreno diplomático, el presidente congoleño, Joseph Kabila, se entrevistó hoy en Kampala con sus colegas de Ruanda, Paul Kagame, y Uganda, Yoweri Museveni, para abordar la ofensiva del M23 durante una reunión de la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (ICGLR),

Varios informes de la ONU y de ONG señalan a Ruanda, principalmente, pero también a Uganda, como actores en el conflicto en apoyo de los rebeldes, aunque ambos países niegan su implicación.

En un comunicado conjunto, Kabila, Museveni y Kagame demandaron al M23 que frene su ofensiva y salga de Goma, pues no tolerarán "el derrocamiento del Gobierno legítimo en Kinshasa".

Los líderes acordaron celebrar el próximo sábado una reunión de emergencia con todos los miembros del citado bloque regional para tratar de buscar una solución diplomática al conflicto.

El M23 lo forman soldados congoleños amotinados y supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y contra la humanidad.

Ntaganda, alias "Terminator" y con un largo historial de motines, se integró hace dos años en las fuerzas de la RDC al contribuir a la pacificación de Kivu del Norte tras ayudar a detener, en 2009, a Laurent Nkunda, antiguo señor de la guerra y general del Ejército.

Los rebeldes se sublevaron el pasado abril para protestar por la pérdida de poder impuesta por el Gobierno a su líder, exigir una mejora de su situación en las FARDC y renegociar el acuerdo del 23 de marzo de 2009, que da nombre al grupo y supuso su inserción en el Ejército.

Según la ONU, los líderes del M23 figuran entre los autores de las peores violaciones de derechos humanos en el mundo.

La RDC está inmersa aún en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegada la mayor misión de la ONU.

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