Madeira atribuye a la "confusión" las diferencias sobre el número de muertos

  • Funchal (Portugal).- El Gobierno de Madeira atribuye a la "confusión" las diferencias sobre el número de muertos en las inundaciones del sábado e insistió hoy en que son los 42 anunciados el domingo aunque los desaparecidos suben a 18.

El mal urbanismo amplificó los efectos del temporal en Madeira según los técnicos
El mal urbanismo amplificó los efectos del temporal en Madeira según los técnicos

Funchal (Portugal).- El Gobierno de Madeira atribuye a la "confusión" las diferencias sobre el número de muertos en las inundaciones del sábado e insistió hoy en que son los 42 anunciados el domingo aunque los desaparecidos suben a 18.

La secretaria de Turismo y Transportes del archipiélago portugués, Conceição Estudante, fue cuestionada con insistencia en una rueda de prensa sobre las declaraciones de otras autoridades municipales y de responsables de los equipos de rescate acerca de nuevos cuerpos aparecidos en las últimas horas.

Pero aseguró que se han cruzado datos y no hay más cadáveres registrados en la isla y atribuyó a "descoordinación" las informaciones sobre nuevos hallazgos de cuerpos, recogidas en numerosos medios lusos.

La representante del Gobierno regional explicó que, según Protección Civil y quienes coordinan la información sobre las víctimas, "algunos de los cadáveres que están llegando ya estaban contabilizados porque se sabía de su existencia".

El alcalde de Funchal, Miguel Albuquerque, que el lunes sembró las mayores dudas al anunciar la aparición de seis nuevos cuerpos y elevar el número de muertos en su ciudad a 29, dio hoy otra rueda de prensa en la que se limitó a mantener esa cifra total de víctimas en la capital de la isla.

El vicealcalde, Bruno Pereira, comentó a EFE que los seis cuerpos en cuestión "deben estar incluidos en los 42" del balance que da el Gobierno regional.

"No estamos jugando con los cadáveres", aseguró por su parte Estudante ante las preguntas recelosas de los periodistas lusos, varios de cuyos medios informaron hoy del hallazgo de hasta cuatro cuerpos en diferentes zonas de la isla.

El Gobierno y la Alcaldía coincidieron además en desacreditar los testimonios recogidos también por diferentes medios sobre la supuesta retirada de varios cadáveres del estacionamiento subterráneo de un centro comercial de Funchal, que aún no ha podido ser drenado y en el que se teme que pueda haber más víctimas.

Estudante también elevó a 600 el número de personas desalojadas por las riadas, muchas de ellas acogidas en cuartel militar de Funchal.

Las autoridades de Madeira han concentrado la información oficial sobre los trabajos de reconstrucción y búsqueda de víctimas en dos ruedas de prensa diarias que da la responsable de Turismo y sus funcionarios no hacen otras declaraciones ni confirman informaciones a los periodistas.

En la rueda de prensa que dio unas horas antes, la secretaria del Gobierno regional exhortó a trabajar para dejar Madeira como estaba antes del desastre, en línea con la preocupación expresada por las máximas autoridades del archipiélago de que la tragedia del fin de semana afecte al turismo, una de sus mayores fuentes de ingresos.

El presidente del Gobierno de Madeira, Alberto Joao Jardim, anunció el domingo que no iba a declarar el "estado de calamidad", una medida que consideró perjudicial para el turismo, y pidió cuidado con la "dramatización" de los hechos ante las imágenes de las inundaciones recogidas en muchos países.

Madeira recibe alrededor de 800.000 visitantes al año y, según fuentes de los operadores turísticos, las reservas ya se resienten por la situación que vive el archipiélago tras las riadas incontenibles que bajaron de los cerros de la isla y arrastraron personas, automóviles y casas enteras.

Los equipos de rescate consiguieron hoy reabrir la comunicación con algunas poblaciones aisladas por deslizamientos de tierras y rotura de puentes pero su labor avanza con lentitud en zonas sepultadas por el lodo, entre ellas un túnel de carretera y varias quebradas de las que emergen restos de automóviles y viviendas.

Miles de personas, entre operarios públicos, bomberos, efectivos de protección civil, voluntarios, policías y soldados llegados del continente trabajan en las labores de limpieza y búsqueda de víctimas.

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