Una joven de 23 años fue condenada a cadena perpetua en Reino Unido tras cometer el asesinato de sus hijas porque no podía disfrutar de su vida sexual a gusto.
Louise Porton (Rugby, Inglaterra), sentía que sus hijas de tres años y 16 meses respectivamente limitaban su vida sexual y por eso decidió acabar con sus vidas, según informa el diario 'The Mirror'.
La madre asfixió a Lexi, de tres años y estranguló a la pequeña Scarlett antes de llamar a los servicios de emergencia. Cuando llegaron a la vivienda las pequeñas ya estaban muertas y resaltaron el hecho de que Louise no estuviese preocupada con lo que había sucedido.
Las investigaciones desvelaron más tarde que al día siguiente de haber matado a las niñas, la mujer había aceptado 41 peticiones de amistad en una aplicación de citas.
El tribunal que la juzgó desveló que las niñas "no tenían culpa ninguna, eran claramente vulnerables y deberían haber podido confiar en su madre para protegerlas y criarlas".
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