"Actualmente, la mayoría de los hijos de refugiados están en las llamadas "clases de bienvenida", clases de integración donde a menudo se encuentran exclusivamente entre ellos, sin compañeros de clase alemanes, "lo que complica considerablemente la buena integración" dijo Heiz-peter Meidinger, presidente de la Asociación de Filólogos, al diario Bild.
Cada clase tendría que tener un máximo de 30% de niños refugiados para favorecer el aprendizaje del idioma alemán, indicó.
"Cuando la proporción de niños cuya lengua materna no es el alemán es 30%, ya se nota una bajada de los resultados. A partir de 50% se hace dramático" y cuando la proporción es de 100% el resultado es "fatal", afirmó Meidinger.
Se necesitan unos 25.000 profesores para ocuparse de los niños de los refugiados, indicó Meidinger.
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