Malala reivindica el poder de la palabra para luchar contra el terrorismo

  • La joven pakistaní de 16 años Malala Yousafzai ha reivindicado hoy "el poder de la palabra" para luchar contra el terrorismo y ha defendido el derecho a la educación para aprender no sólo matemáticas o física sino "igualdad" y "a respetar la cultura y la religión de otros".

Valencia, 29 mar.- La joven pakistaní de 16 años Malala Yousafzai ha reivindicado hoy "el poder de la palabra" para luchar contra el terrorismo y ha defendido el derecho a la educación para aprender no sólo matemáticas o física sino "igualdad" y "a respetar la cultura y la religión de otros".

Malala ha dicho estas palabras en Valencia en la entrega de los Premios Convivencia que la Fundación Manuel Broseta le ha concedido ex aequo con la investigadora Pilar Mateo, creadora de una pintura insecticida contra el mal de Chagas y a la que reconocen que aplique sus hallazgos para mejorar el bienestar de los más desfavorecidos.

El president de la Generalitat, Alberto Fabra, y el presidente del Senado y del jurado de estos premios, Pío García-Escudero, han presidido el acto, al que también ha asistido la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, entre otros representantes políticos y de la cultura, la economía y la sociedad valenciana.

Los discursos han coincidido en resaltar la importancia de la educación para combatir las desigualdades sociales, la puesta al servicio del conocimiento para mejorar la calidad de vida de las personas y el recuerdo a los valores de libertad y tolerancia que representaban figuras como el expresidente Adolfo Suárez y el catedrático y político Manuel Broseta, que fue asesinado por ETA.

Malala, que sobrevivió a un atentado talibán por defender el derecho de las niñas a ir a clase, ha recordado que cuando los terroristas bombardearon las escuelas y se prohibió a las niñas ir al colegio y a las mujeres al mercado, se dio cuenta "del poder de la educación en las mujeres y de lo importante que era hablar".

"Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir y decidimos hablar", ha apuntado Malala, quien entonces descubrió que "la voz tiene poder, la gente escucha cuando hablamos; no se trata de combatir el terrorismo con la violencia sino con las palabras".

La joven ha recordado que 57 millones de niños no tiene acceso a la educación y se ven "privados de sus derechos humanos fundamentales" porque en el colegio "no sólo se aprende física, química o matemáticas sino se aprende la igualdad porque sentados uno al lado del otro se aprende a respetar la cultura y la religión del otro".

Malala ha asegurado que se siente "inspirada por este premio" porque no la juzgan por "llevar chal, ser musulmana ni hablar otro idioma o ser de otro país" sino que se premia el "esfuerzo y el carácter", lo que ha considerado "una labor muy importante".

La investigadora Pilar Mateo ha subrayado que las tecnologías han permitido que tengan "una repercusión sin fronteras" eventos como la lucha de Malala, a quien ha felicitado por "recordarnos la importancia de la educación y defenderla con su vida".

Mateo ha hecho un repaso por su actividad investigadora y ha concluido que "la realidad de enfermedades como la malaria o el dengue o el chagas es que esconden otro problema de mayor calado, la pobreza extrema de muchas personas".

Ha defendido que "reducir la capacidad científica de un país nos empobrece colectivamente y rechazar la relación personal con los diferentes nos empobrece individualmente" y ha asegurado que el vínculo social "más acreditado" es la "responsabilidad ante el sufrimiento humano", que "no tiene límites territoriales ni étnicos ni religiosos ni políticos ni ideológicos".

El presidente del Senado y de los Premios Manuel Broseta ha resaltado que las premiadas "pertenecen a la categoría de personas que se hacen preguntas, que no se resignan y se comprometen a mejorar el mundo en el que viven".

Malala, ha resaltado, "fue capaz de plantar cara a la intolerancia y empuñar el arma más temida para los que pretenden sojuzgar la libertad bajo el yugo de su silencio, la palabra".

"El conocimiento es la otra gran fuerza capaz de impulsar el mundo" y un ejemplo de ello es Pilar Mateo, que usa los frutos de su trabajo intelectual para salvar vidas humanas.

En su discurso, Fabra ha resaltado que Mateo "ha puesto de relieve el papel fundamental de la ciencia y la técnica para aumentar el bienestar de las personas" y que Malala, la más joven galardonada con estos premios, "recuerda que garantizar el acceso a la educación de los niños es una condición necesaria para el desarrollo de las personas y las sociedades".

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