El magnate Franco Macri, nacido hace 85 años en Italia y mentor de un holding en Argentina, sostuvo que para ser un buen jefe de estado hay que saber conducir una empresa, en declaraciones que reivindican a su hijo, el presidente Mauricio Macri.
"La diferencia entre una empresa y un país es casi nula. Los elementos están todos, la magnitud es la que cambia. Un país es una empresa, si no sabés conducir una empresa, no podés conducir un país", declaró Macri padre, en una entrevista en el canal Todo Noticias (TN).
Orgulloso de su hijo mayor nacido hace 56 años, Franco Macri negó haber tenido diferencias con quien asumió la presidencia de Argentina el 10 de diciembre pasado, conformando un gabinete lleno de exaltos directivos de grandes empresas.
"Él es lo que quiso", definió el empresario que llegó a tener 65 empresas en todo el mundo.
Franco Macri, nacionalizado argentino, recordó que llegó a Buenos Aires en 1948 a los 18 años con sus hermanos y su padre, que venía de una frustración electoral con el partido "L Uomo qualunque" (El hombre común), que él había fundado.
"Mi padre vino por una derrota política y tantos años después tiene un nieto presidente", destacó quien construyó desde la década de 1970 un emporio industrial en el sector automotor, y luego de empresas de servicios.
Macri padre admitió que en un principio le "costó mucho" aceptar que su hijo buscara un camino propio, primero al irse al club Boca Juniors, al que presidió entre 1995 y 2007 y que lo catapultó a la política y luego como alcalde de Buenos Aires (2007-2015).
"Mauricio pronto salió de las empresas (familiares), porque yo quizás no le estaba dando demasiado espacio, esperando que creciera", reconoció.
Aclaró, sin embargo, que no se distanciaron: "la gente se equivoca, con Mauricio siempre nos hemos llevado óptimo" agregó.
"El aprendizaje que ha tenido, con mi apoyo y mis consejos, con una relación espectacularmente positiva, él ha aprendido y crecido", ponderó el progenitor.
Macri padre, quien fue artífice del vínculo de Argentina con China durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003/2007), a quien dijo haber votado, estimó que su hijo "heredó un país muy difícil" tras el gobierno de Cristina Kirchner (2007/2015).
"Yo no quería que él sea presidente porque es demasiado complicado, demasiado sacrificio", apuntó pero aseguró que su hijo siempre lo sorprende: "todos los días le descubro una capacidad, una virtud más".
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