En la pequeña ciudad de la Selva Negra (suroeste), que cuenta con poco más de 80.000 habitantes, unas 230 personas se manifestaron este sábado según la policía local, alrededor de 80 "del movimiento de extrema derecha" y 150 contramanifestantes militantes de una iniciativa antifascista, que cuenta con refugiados entre sus miembros. La policía señaló que hubo algunos desbordes pero no se registraron heridos.
El viernes, la policía informó que desconocidos lanzaron una granada contra un centro de solicitantes de asilo, sin que explotara, un acto de inquietante violencia en este país, donde se multiplican los ataques contra albergues de refugiados.
La granada de mano fue lanzada por encima de la valla del centro de acogida. La veintena de habitantes del lugar fueron evacuados tras descubrirse el artefacto, en la madrugada del viernes.
En una entrevista al diario Die Welt publicada este sábado, el secretario general del partido conservador de la canciller Angela Merkel, CDU, Peter Tauber, denunció un ataque "abyecto e inquietante", "un intento de asesinato". "Quien hizo esto no es un ciudadano preocupado (ante la crisis migratoria), sino un criminal", consideró.
No obstante, la contestación a la política de brazos abiertos de Merkel aumenta en todo el país.
En una entrevista a la prensa también publicada este sábado, el ministro de Economía y vicecanciller, Sigmar Gabriel, reconoció que hay "un aumento inquietante de estos actos de violencia" contra refugiados. Pero "la nuestra es una democracia estable", aseguró, "me opongo a la imagen deformada de una Alemania integrada por extremistas de derecha violentos y extranjeros criminales".
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