María Cala, la joven empleada de hotel que quiso dejar Almonte por el califato en Siria

    • La chica de apenas 22 años había experimentado un proceso de conversión al Islam en su vertiente más radical.
    • Las vecinas de Almonte que conocen a María dicen que era muy trabajadora y que nunca la vieron con velo o ropas de estilo musulmán.
Imagen del perfil de María Ángeles Cala en Change.org
Imagen del perfil de María Ángeles Cala en Change.org

María Cala Márquez vivía con su madre en el número 16 de la calle Federico García Lorca en un municipio de tanto fervor religioso como Almonte (Huelva), lugar al que peregrinan cada año miles de personas con el objetivo de visitar a la Blanca Paloma en la ermita de El Rocío.

Ajena a cualquier devoción cristiana, la chica de apenas 22 años había experimentado un proceso de conversión al Islam en su vertiente más radical. Eso le llevó a intentar viajar a Siria para formar parte del Califato autoerigido por el grupo terrorista Estado Islámico.

Ha sido arrestada por la Guardia Civil la pasada madrugada en el aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas cuando trataba de coger un vuelo en dirección a Turquía. Los investigadores del Instituto Armado sospechan que su deseo era cruzar la frontera siria.Rápida conversión

Su proceso de radicalización fue rápido, cercano a lo que los especialistas llaman un 'adoctrinamiento express'. Se trata de un fenómeno común desde la irrupción de las nuevas tecnologías en los procesos de captación. Se da especialmente en personas jóvenes. En cuestión de semanas pueden pasar de llevar una vida normal a querer dejarlo todo por hacer la yihad.

Las vecinas de Almonte que conocen a María dicen que era muy trabajadora y que nunca la vieron con velo o ropas de estilo musulmán. Una de ellas ha apuntado que este lunes la vio pasar vestida de negro pero "como va la gente joven". Todas han incidido en que era "una persona normal". Según dicen, trabajaba en un hotel junto a su madre.

Su deseo era dejar todo y marcharse al califato donde las mujeres son mayoritariamente tratadas como esclavas. Las fuerzas de seguridad tienen constancia de que al menos 130 personas han abandonado España en los últimos años para hacer la yihad en el extranjero. Lo más común es que se les ofrezca una vida idílica como mujer de muyahidin y al llegar allí se den cuenta de su error y quieran volver.

Eso le sucedió en enero a una joven ceutí de 18 años captada por una red yihadista que fue detenida en Turquía antes de cruzar la frontera con Siria. Tardó apenas unas horas en darse cuenta de que el destino dorado que le habían prometido no era más que una pesadilla. Consciente de su mala decisión, tuvo tiempo de escribir varios mensajes de auxilio a una prima suya.Destino incierto

Asustada, admitía que la situación que le esperaba no era la que ella imaginaba y pidió que alguien fuese a rescatarla. Llegó incluso a pedir que la detuviese la policía si era necesario, pero no quería seguir adelante con su aventura. Sus captores le informaron nada más llegar de que le iban a retirar el móvil y que, desde entonces, iba a tener que vestir siempre con nikab, un velo que les cubre el rostro.

Un destino parecido le esperaba, según la Guardia Civil, a la andaluza Maria Cala Márquez cuando se presentó anoche en el aeropuerto de Barajas de Madrid, sin saber hablar árabe y con un Corán en español. A la autoridades les dijo que iba a Turquía de turismo, pero no la creyeron. Las fuentes consultadas por Europa Press indican que la joven "sabía lo que tenía que decir y lo que tenía que hacer". Su forma de actuar era la habitual en las personas que son captadas para unirse a la yihad.

Tras ser detenida ha vuelto a la casa que compartía con su madre en Almonte, esta vez en compañía de la Guardia Civil para presenciar el registro. La operación ha corrido a cargo de diferentes unidades de la Comandancia de Huelva y de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, bajo la dirección del Juzgado Central de Instrucción número 1 y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

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