La madre pide leyes más duras

Siete meses sin Marta Calvo: "Si no hay cuerpo no se puede probar el asesinato"

El sospechoso Ignacio Palma se puede enfrentar a un posible homicidio imprudente por el que podría entrar en prisión cinco años y no los 20 que corresponderían por un asesinato. 

La Guardia Civil sigue buscando en el vertedero de Dos Aguas

Guardia Civil Remitiendo Nota De Prensa Y Fotos Del Vertedero De Dos Aguas De La Búsqueda De Marta Calvo

  (Foto de ARCHIVO)

12/12/2019
La Guardia Civil sigue buscando en el vertedero de Dos Aguas.
Europa Press

Esta semana empezaba con la desgarradora carta que envió a los medios la madre de Marta Calvo, la joven valenciana desaparecida el pasado 7 de noviembre y cuyo cuerpo busca la Guardia Civil desde entonces en el vertedero de Dos Aguas. Hasta allí llegaron después de que Ignacio Palma confesara que la encontró muerta tras una noche de juegos sexuales con drogas y, preso de los  nervios, la descuartizó y la arrojó a diferentes contenedores de l'Ollería y Alzira en Valencia. La versión por ahora no se ha podido corroborar. El cuerpo sigue sin aparecer y, ante un juicio, "sin cuerpo no hay asesinato", según explica a La Información un experto penalista que conoce las circunstancias y asegura que en el peor de los escenarios al que se podría enfrentar el detenido es un posible "homicidio imprudente" cuya pena sería de cinco años de prisión... "si se demuestra". 

Lejos quedan los 20 años a los que se enfrentaría en caso de ser demostrado que asesinó a Marta Calvo, pero esta acusación nunca se podría demostrar sin cuerpo porque "no puede haber autopsia ni se podría determinar las causas del fallecimiento". 

La confesión ante la Guardia Civil de Carcaixent de este colombiano con antecedentes por tráfico de drogas que le llevó a la cárcel en Italia es lo único que tiene la madre de Marta para aferrarse a qué sucedió con su hija a la espera de poder dar sepultara al cuerpo. Tras 225 días de búsqueda, con casi el 80% del vertedero inspeccionado y 2.000 toneladas de basura removidas, la joven de 25 años sigue sin aparecer y no entiende por qué alguien que sabe dónde está el cuerpo de su hija "se acoge a su derecho a no declarar y no lo dice" tras pedir que se cambien las leyes: "¿Sin cuerpo no hay delito? Sin cuerpo sí hay delito; claro que lo hay", insiste Marisol Burón. 

El experto consultado por este medio puntualiza que el acusado en todo momento aseguró que no la mató y que, presa de los nervios la descuartizó. Nervios por estar bajo los efectos de las drogas "que hace pensar que toma una decisión en un estado de excitación que hace que no sea consciente de su actuación". 

Y esa es la línea que por ahora se conoce de la defensa, que perseguía acreditar que el acusado pudo actuar bajo el efecto de las drogas el 7 de noviembre de 2019, o bien porque está afectado crónicamente por el consumo de cocaína. Anteriormente la defensa había aportado a la causa el historial médico del acusado, en el que figura un grave accidente de tráfico que le produjo, hace años, un traumatismo craneoencefálico.  Pero el médico autor del informe que analizó al reo aseguraba que actualmente no puede determinar si su conducta, hace más de nueve meses, pudo estar afectada por las drogas. Lo que sí señala es que en la actualidad no sufre una alteración psicológica significativa producida por estas. Además ha encargado un análisis del cabello del sospechoso que todavía no ha producido resultados. Mediante esa prueba se trata de establecer si ha consumido cocaína y cuándo.

Sí niega tajantemente la defensa cada vez que le preguntan sobre si su defendido es un posible homicida en serie. Si la acusación demostrara que Ignacio Palma tenía un 'modus operandi' fruto del que Marta Calvo habría muerto aquella noche, eludir el homicidio imprudente se diluye. En el informe de la Guardia Civil que la juez tiene en sus manos, La Sexta asegura que los agentes indican que Palma ha intentado "entorpecer la actuación policial porque el tiempo transcurrido desde la muerte hasta que se entrega y la forma de deshacerse del cuerpo imposibilitan casi por completo encontrarlo". 

También hablan estos agentes de que tienen conocimiento de la existencia de "otros encuentros sexuales en los que estará posiblemente vinculado y que se habrían saldado con el fallecimiento de otra mujer". Hasta ocho mujeres aseguraron no encontrarse bien tras la cita vía internet que cerraron con el sospechoso, a lo que los agentes puntualizan que "no se descarta que echara alguna sustancia o medicamento en las bebidas que tomaban sus víctimas". Describen así ese posible modus operandi. 

Rafael Fontán, profesor de Derecho Penal y Criminología en la Universidad Europea, explica que "una cosa es la verdad real y otra la judicial". Es algo "muy importante porque lo ideal es que coincidieran" pero la justicia lo que trata es "acercarse lo más posible a esa verdad a través de tener consolidadas las pruebas y los indicios suficientes para poder apuntalarla". Precisamente esta semana se ha conocido que en la casa de Manuel, desde la que Marta envía su último mensaje de móvil, la Guardia Civil encontró una de sus lentillas. 

Eso evidencia que estuvo allí, aunque en un primer momento el detenido se lo negara a su madre cuando llamó a la puerta horas después de que su hija no respondiera a sus llamadas. Marisol le reprocha que llegara a decirle a la cara que no conocía a Marta para horas después confesar que la había descuartizado. En esas cuatro paredes que desprendían olor a lejía la primera vez que entró la Guardia Civil se encontró también material biológico de la joven en el baño y en un zócalo del dormitorio y además la policía científica localizó en la ducha donde supuestamente la descuartizó jirones de piel de la víctima.  

Los especialistas forenses han identificado además un resto de sangre de la víctima en un pantalón del narcotraficante  guardado en su otra residencia, en la población de l'Ollería (Valencia). Todo parece encajar como un reloj con su confesión en la que siempre ha mantenido que se deshizo del cuerpo en el baño de su vivienda, pero no la mató. De lo que por ahora no hay ni rastro es de restos de ADN en los contenedores donde supuestamente el procesado arrojó los restos. Los días siguen pasando y ya queda poco por rastrear en ese vertedero donde por ahora no hay ningún indicio de que Marta esté allí. 

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