A por los 101

Maruja cumple 100 años en plena crisis: "No he visto nada igual ni en la guerra"

Maruja cumple 100 años
Maruja cumple 100 años
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Maruja Campos Verdú nació en Guardamar del Segura (Alicante) el 22 de abril de 1920 y allí, en una residencia en la que a día de hoy continúan con cero contagios por Covid-19, acaba de celebrar sus 100 años "No he visto nada igual ni en la guerra civil", asegura esta mujer cuyo secreto de longevidad, asegura, que no tiene mucho misterio: "Como de todo, antes tomaba mi copita de vino, del bueno, hasta que me lo prohibieron y me pasé al agua y siempre me he llevado bien con todo el mundo". Los que conocen a Maruja aseguran que es una mujer que aparenta mucha menos edad de la que tiene por su vitalidad. "Me encuentro muy bien de salud, tengo muy buena cabeza y las piernas", asegura esta centenaria que nunca había pensado que iba a alcanzar las tres cifras de edad y mucho menos ver  a "un bicho como este", refiriéndose a un coronavirus que en España deja ya más de 20.000 muertes. 

Maruja nunca olvidará el día de su 100 cumpleaños porque en esta ocasión lo celebra sin los suyos cerca por culpa de la pandemia. Desde que ayer se levantó y desayunó su café con leche con dos magdalenas "y una tostada" se preguntaba si la gente se acordaría de que era el día de su cumpleaños en medio de la crisis sanitaria que estamos viviendo. De quien no se olvida ella es de ese maestro de escuela que la conquistó "y mira que yo tenía pretendientes, pero el era único". Estudió en un colegio de monjas  y no olvida las tardes que bordaba en su casa. Con 22 años se casó y se fueron a vivir a Torrevieja. Le cambia el tono de voz al relatar su trágico final: tres años después una apendicitis "se lo llevó".

Maruja regresó a la casa de sus padres gracias a los que "pude salir adelante" y de donde "no salí nunca más pese a que fueron varios los que me rondaron, unos más guapos, otros más feos, unos más ricos, otros más pobres", bromea. Su familia era la propietaria de una fábrica de alpargatas y sabe lo que es "coserlas" cuando ha tenido que hacerla, aunque nunca nos "faltaba nada en casa". El negocio lo heredó, que no el mote porque "aunque en el pueblo todos tienen un apodo yo siempre he sido la hija de Campos".

Cuando quedó viuda había nacido ya su primer hijo "y el segundo venía en camino". Ahora solo vive uno, que es el que va andando a verla hasta la residencia muy a menudo. Ni él, ni sus nietos y biznietos querían dejarla sola en su cumpleaños y grabaron un vídeo con el que quisieron felicitar a la 'Abuelita Maruja' y sus 100 años "llenos de energía". Como el resto de residentes, se comunica con sus familiares por videoconferencias todas las semanas desde que el centro decidiera aislarlos el pasado 9 de marzo, días antes de que lo decretara el Ministerio de Sanidad, como medida preventiva para luchar contra el coronavirus.

La decisión la tomó el director que lleva diez años al frente, Víctor Pérez, siguiendo las directrices del resto de centros del grupo Casaverde. Los familiares al principio se sobresaltaron con la medida y no todos la aplaudieron, pero ahora son muchos los que agradecen que sus padres no sufran el azote del coronavirus como en otras residencias de toda España donde está dejando fallecidos que se cuenta por decenas. A día de hoy todavía es imposible conocer el número exacto, a falta de haber podido realizar los test a todas las personas que perdieron la vida en una de ellas. 

Maruja es una enamorada de su localidad, de la que se marchó solo cuando se casó y presume de ella siempre que puede por lo "bonita y buena gente que tiene". Por eso el alcalde de Guardamar, José Luis Sáez, también quiso sumarse al cumpleaños enviando un vídeo en el que la felicita por sus "100 años en plenitud" y habla de ella como una "mujer tan vital como vinculada con su Guardamar de sus amores". Recuerda que no puede acercarse a "agasajarla" por culpa del "dichoso virus que nos está fastidiando y que solo espero que como ha venido se marche", dice Maruja

Alcalde de Guardamar
El alcalde de Guardamar felicita a Maruja

Maruja tenía claro donde quería ir cuando saliera de su casa porque "aquí tengo muchas conocidas". Ahora entiende que toca estar en la habitación sin poder disfrutar de las zonas comunes del centro. En ella recibe toda la atención médica de cada día y junto a su compañera no quitan ojo a latelevisión para estar informada del última hora del virus, aunque también es cierto que no falta algún que otro culebrón para entretenerse. Ella asegura no ser coqueta, pero los que la rodean manifiestan que no la falta detalle: manicura, peluquería, maquillaje, joyas... "Siempre he sido así", bromea. Maruja ahora solo piensa en los 100 "y que queden los que Dios quiera porque a veces la muerte viene sin pensar".

Es de las residentes que participa en todo lo que puede. "Es un encanto", dicen sus cuidadores que cada día hacen con ella ejercicios de fisioterapia. "Es una maravilla de la naturaleza", aseguran sus enfermeras y auxiliares. "Tiene un desparpajo tremendo", destacan los psicólogos. En el centro hay algunos pacientes con algún grado de deterioro cognitivo, pero no es el caso de Maruja, que "tiene una memoria de elefante"

Y así, "a por los 101" y sin "el coronavirus por aquí", asegura una cumpleañera protagonista de una noticia amable en un entorno tan cruel como es el que está dejando el coronavirus, sobre todo en la población de su edad. "Gracias a Dios", dice ella y también a la planificación y la "suerte", dice el director del centro, en esta residencia de Guardamar el coronavirus sigue sin aparecer y los "trajes EPI guardados sin estrenar". Todas las noches un servicio especial de limpieza fumiga todas las zonas comunes con mochila sulfatadora "de manera más intensa que durante la mañana sobre todo en las manillas de las puertas, mesitas, pasamanos...". En este centro también se ha estudiado un plan de contención del virus si llega y dividido la residencia por áreas evitando que el personal se cruce. Maruja tiene "miedo al virus, mucho, porque es un bicho que corre mucho". Los padres de Maruja fallecieron él con 84 años y ella con 78. La hija de este alpargatero de Elche que se fue hasta Guardamar para montar el negocio tiene ya 100 y un día.  

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