Bagdad, 12 dic.- Más de 17 millones de peregrinos chiíes viajaron a la ciudad de Kerbala, a 110 kilómetros al sur de Bagdad, para celebrar la festividad de Al Arbaín, que marca el fin de los cuarenta días de luto por la muerte en el año 680 del imán Husein, nieto del profeta Mahoma.
Esa cifra supone un récord de asistencia, frente a los quince millones de chiíes que habían acudido a esa conmemoración de media en los últimos años.
Uno de los clérigos chiíes de Kerbala, Saad al Kaabi, dijo a Efe que los 17 millones de peregrinos, procedentes de Irak y del extranjero, se desplazaron a esa ciudad, santa para los chiíes, en medio de grandes medidas de seguridad.
Mientras, la máxima autoridad religiosa chií del país, Ali al Sistani, expresó su agradecimiento a todos los que participan en esa festividad e instó a los peregrinos a aprovecharla al máximo, dijo hoy su representante Abdelmahdi al Karbalai en el sermón del viernes en Kerbala.
Pese a las medidas establecidas, una fuente de seguridad informó a Efe de que un civil murió y otros tres resultaron heridos por el impacto de un proyectil de mortero en la zona denominada Suq al Basra, a 8 kilómetros al oeste de la ciudad santa, mientras que ataques similares fueron lanzados contra los barrios de Al Shuhada y Al Nasr, sin causar víctimas.
El ministro iraquí de Defensa, Jaled al Ubaidi, aseguró, no obstante, durante una rueda de prensa en Kerbala que el plan de seguridad previsto está funcionando.
"He visto desde el aire el despliegue de las fuerzas de seguridad y su control sobre el terreno, he visto que el plan de seguridad se aplica de forma positiva y la situación de seguridad es muy estable en este momento", añadió.
Al Ubaidi explicó que cuatro millones y medio de los peregrinos son extranjeros y precisó que la cifra total aumentará mañana, el día central de la celebración.
El Ministerio de Defensa movilizó más de 29.000 efectivos de las fuerzas militares y de seguridad para llevar a cabo la protección de esta festividad y de las caravanas de chiíes que se desplazan a Kerbala, la mayoría de los cuales hace el trayecto a pie.
Entretanto, los peregrinos comenzaron a concentrarse en las mezquitas para celebrar ceremonias y recitar elegías en recuerdo de Husein y sus 72 acompañantes muertos en la batalla de Kerbala.
Según la tradición chií, Husein y sus seguidores murieron cuando trataban de liberar a los pueblos de la región de la tiranía del segundo califa omeya, Yazid Ibn Muawiyah, que les venció con artimañas (dejándoles pasar hambre y sed), con una fuerza muy superior, de 30.000 hombres.
La batalla de Kerbala marcó el cisma entre las confesiones suní y chií, las dos principales del islam.
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