"Bajan el margen, pero no el IVA"

Los farmacéuticos, en el disparadero: de héroes a "especuladores" en 48 horas

Farmacias
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EFE

Durante semanas, los farmacéuticos han capeado el difícil mercado de las mascarillas, los geles y los guantes, para satisfacer la demanda de un país que ahora los señala con el dedo. Tras el anuncio del presidente, Pedro Sánchez, el Gobierno dilató apenas 48 horas la convocatoria de la Comisión Interministerial de Control de Precios, para fijar el coste de las mascarillas... las mismas que tardó la clientela en apuntar contra los boticarios. "Antes no habíamos tenido problemas, pero desde que se estableció el precio máximo, hay clientes que han venido a la tienda y nos han llamado desde especuladores hasta ladrones", apunta Marian, propietaria de una de las oficinas de la Comunidad de Madrid.

Los farmacéuticos se han mantenido al pie del cañón desde que el Covid desembarcó en España y las cifras lo demuestran. A fecha de este martes, una nueva muerte en Madrid elevaba a doce los profesionales de Farmacia fallecidos por coronavirus, en primera línea de asistencia. El 22 de abril los farmacéuticos y técnicos contagiados se situaban por encima de los 450 casos -en el pico la cifra superó los 490-, lo que supone un notable recorte en las plantillas, pues estos trabajadores permanecen ingresados o aislados en sus casas. La pandemia ha obligado a bajar la persiana a cerca de una treintena de farmacias de forma temporal. Ahora, la última medida del Gobierno supone un nuevo azote para las boticas, que prevén nuevas pérdidas que podrían llevar un cierre masivo y definitivo de oficinas.

"Las mascarillas quirúrgicas tendrán un PVP máximo de 0,96 euros. Por su parte, el precio de geles y soluciones hidroalcohólicas autorizadas temporalmente por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependerá de los mililitros que se adquiera", reza el texto del Ministerio de Sanidad que entra en vigor este viernes. Con apenas tiempo para  reaccionar, los farmacéuticos se ven obligados a deshacerse del stock por debajo del precio de coste.

Cuando China cortó el grifo, los equipos de protección empezaron a escasear. El Ejecutivo centralizó la distribución de este material y los farmacéuticos se vieron con el agua al cuello: los ciudadanos acudían a sus mostradores en busca de mascarillas, pero sus distribuidores habituales no podían reponer sus almacenes. "Nos organizamos para pedir directamente a los fabricantes, en un mercado que nos era desconocido", explica Marian. A sus jornadas de trabajo, los farmacéuticos sumaron horas de negociación para lograr que los proveedores extranjeros les atendieran por grupos de compra. "Estas firmas trabajan con pedidos de 50.000 o un millón de mascarillas... si como particular les pides una partida de mil... se ríen de ti"

Prevén miles de euros en pérdidas

Los boticarios fueron tejiendo sus propios canales de compra, mientras el Gobierno central y las CCAA gestionaban aviones repletos de mascarillas que no siempre llegaban en los tiempos marcados. Así, los farmacéuticos españoles lograron colarse en un mercado poco habituado a intrusiones, acelerando la llegada de equipos de protección a los ciudadanos. "Fue necesario hacerlo así", recuerda Luz, propietaria de una oficina en Madrid, "Hasta hace poco nuestros distribuidores no nos servían, igual liberaban algunas cajas a las dos de la madrugada y podías hacerte con tres unidades de geles". Ahora, cuando los boticarios habían logrado cubrir sus almacenes con un producto adquirido al precio que marcaba el mercado internacional, el Gobierno ha pisado el acelerado sin dejar margen para que los farmacéuticos amorticen -o al menos recuperen- la inversión.

El sector está acostumbrado al arbitraje estatal. "Tenemos callo", asevera Luz. Los boticarios explican que es habitual que el Gobierno intervenga en el mercado de ciertos medicamentos y modifique el precio de venta al público. La diferencia es que, en este caso, Sanidad no les ha dejado tiempo para maniobrar. Antes del estado de alarma, estas bajadas de precio venían acompañadas de un plazo de unos dos meses, en el que los farmacéuticos podían tratar de deshacerse del producto en stock sin perder dinero. Esta vez, el plazo ha sido de 72 horas. 

Los 96 céntimos que ha marcado el Gobierno de precio de venta al público, suponen una rebaja promedio de 50 céntimos por unidad, respecto al margen con el que contaban las farmacias. "A algunos nos ha pillado con más de un millar de mascarillas en stock, las pérdidas pueden estar entre los 1000 y los 2000 euros", asegura Luz. El cambio no solo ha sido fugaz en el coste, también en la reapertura de los canales. Este mismo lunes, el grupo de distribución Cofares anunció "una compleja operación comercial" para la adquisición de 180 millones de mascarillas que se irían distribuyendo gradualmente por toda España. De la noche a la mañana los distribuidores que durante semanas les habían sido vetados, han vuelto a suministrar a las farmacias: "Ya se pueden pedir mascarillas y las están sirviendo", aseguran los boticarios.

Bajan los precios, pero no el IVA

El Ministerio de Sanidad solo ha bajado el precio de las mascarillas quirúrgicas, pero no las de FPP2 ni FPP3. Tampoco ha tocado el IVA. El Ejecutivo suprimió el IVA de mascarillas, guantes, geles hidroalcohólicos, caretas de protección y otros elementos de barrera frente al contagio, siempre y cuando el consumidor fuera un hospital o centro asistencial. Para los ciudadanos, los equipos siguen soportando un 21% sobre el precio final, a lo que hay que sumar el 5,2% del recargo de equivalencia, que se aplica a comerciantes minoristas. "Es una incongruencia que rebajen los precios y no toquen el impuesto", coinciden los boticarios. . 

Jaime es otro de los propietarios del canal Farmacia en Madrid. "Hace un mes buscábamos proveedores por tierra, mar y aire... algunos cancelaban los pedidos cuando las oficinas ya habían pagado por adelantado", lamenta. El profesional denuncia que "con todo el poder de adquisición de la Administración, a nosotros nos obligan a comprar un 26% más caro que ellos". Para las adquisiciones de Sanidad no hay IVA ni recargo. La rebaja del Gobierno alimenta las exigencias de los ciudadanos, que apenas ven la punta del iceberg de la odisea en la que los farmacéuticos llevan sumidos desde hace semanas.

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