El cierre de este centro tendrá graves consecuencias para la población civil, atrapada en los combates entre el ejército afgano y los rebeldes talibanes para tomar la ciudad. Se trata del único hospital con capacidad para curar heridas de guerra en toda la región.
El sábado de madrugada el edificio fue bombardeado al menos durante una hora y a pesar de que MSF advirtió tanto a los ejércitos de Afganistán como de EEUU de los primeros disparos.
En el ataque murieron al menos 19 personas, 12 de las cuales trabajaban para la oenegé, así como siete pacientes, tres de ellos niños. Otras 37 resultaron heridas.
"El hospital de MSF ya no puede seguir funcionando. Los pacientes en estado crítico han sido trasladados a otros establecimientos médicos. Ningún empleado de MSF trabaja en el hospital", dijo a la AFP Kate Stegeman, portavoz de la organización en Afganistán.
"Ahora mismo no puedo decirles si el centro de traumatología de Kunduz volverá a abrir", añadió.
Según el Alto Comisario de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, el ataque al hospital podría constituir un "crimen de guerra". Por su parte el secretario de Estado norteamericano Ashton Carter dijo que hay una "investigación exhaustiva" en curso..
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