Melilla sigue mirando a la valla ante posibles nuevas entradas de inmigrantes

  • Melilla sigue mirando permanentemente a la valla. Pese a que en las últimas horas no se han producido avistamientos de inmigrantes subsaharianos, la relativa calma es tensa ante la posibilidad de que en cualquier momento, de día o de noche, pueda producirse un nuevo asalto masivo.

Noelia Ramos

Melilla, 20 mar.- Melilla sigue mirando permanentemente a la valla. Pese a que en las últimas horas no se han producido avistamientos de inmigrantes subsaharianos, la relativa calma es tensa ante la posibilidad de que en cualquier momento, de día o de noche, pueda producirse un nuevo asalto masivo.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están en alerta, incluidos los agentes de refuerzo, guardias civiles y policías nacionales, algunos de los cuales han llegado hoy mismo procedentes de Sevilla y Zaragoza, y ya están listos para el servicio.

Los melillenses también están en alerta. Siguen de cerca cualquier movimiento que enseguida comentan en las redes sociales, donde relatan si se oyen sirenas o si se escucha el helicóptero de la Guardia Civil sobrevolar el perímetro.

Unas veces, lo hacen con acierto y, efectivamente, hay movimiento, otras, movidos por la incertidumbre que padecen desde hace meses, adelantan acontecimientos que no llegan a producirse.

Y es que el que no tiene un familiar o amigo policía o guardia civil, tiene a alguien cercano en los centros sanitarios o en el CETI, que sigue más que saturado a la espera de que lleguen los ansiados traslados, sobre todo esperados por los inmigrantes, que son los que más ansían ir a la península.

A las puertas de la Jefatura Superior de Policía, decenas de ellos, posiblemente unos 200, hacían fila esta mañana para ser reseñados, un requisito necesario para viajar a la península, como también lo es el pasar un control sanitario.

Se trata de un trámite en el que los agentes deben confiar en lo que les cuentan los inmigrantes, que llegan a España sin ningún tipo de documentación.

Esto lleva a algunos a intentar "engañar al sistema" y a decir que proceden de un país diferente al suyo de origen, conscientes de que existen acuerdos de repatriación en algunos casos.

Para evitar esa "trampa", los inmigrantes son sometidos a una especie de "peritaje", donde se tiene en cuenta el acento o el conocimiento de detalles del país del que dicen proceder.

Tras pasar por Jefatura, los inmigrantes han regresado al CETI, que procura ofrecer el mejor servicio posible pese a las dificultades que entraña cuadruplicar los esfuerzos con prácticamente los mismos medios.

El objetivo fundamental sigue siendo aliviar la presión asistencial con el envío a la península de inmigrantes, bien a centros de acogida, bien al CIE.

El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, ha confirmado hoy que existe una programación "hecha" de traslados de inmigrantes a la península, si bien no ha querido concretar ni cuándo se van a realizar ni de cuántas personas se trata.

Fuentes policiales han precisado a Efe que esta misma noche un grupo de sirios y subsaharianos, salvo algún cambio de última hora, saldrán rumbo a Málaga en el barco que une Melilla con dicha ciudad.

Se trata de un traslado programado incluso antes de la entrada el martes de unos 500 subsaharianos, una práctica habitual para que, como ha reiterado en muchas ocasiones el delegado, el CETI sea realmente un centro de estancia temporal.

El hacinamiento es prácticamente irremediable, pese a los grandes esfuerzos que se están realizando en unas instalaciones pensadas para 500 personas que albergan casi a 2.000.

Hay cierta preocupación, ante un caso de meningitis que mantiene ingresado en la UCI a un joven subsahariano, pero las autoridades, tanto el delegado como el director territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), Francisco Robles, insisten en que se trata de un caso aislado.

No obstante, según ha dicho Robles, se han puesto en marcha medidas preventivas y hoy, tras una reunión en Delegación del Gobierno, se ha acordado "abrir el abanico" a otras medidas, que se implantarían "llegado el momento y llegada la ocasión".

Pese a que las últimas dos noches han sido tranquilas, el problema sigue estando ahí, al otro lado de la valla, en los montes marroquíes desde los que unos 2.000 inmigrantes, según estimaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, divisan el que es su objetivo: Melilla.

Mostrar comentarios