Miembros de equipos de rescate del accidente en Suiza, "en estado de shock"

  • Los miembros de los equipos de rescate del accidente de un autobús belga ocurrido anoche en Suiza, en el que murieron 28 personas, entre ellas 22 niños, están "en estado de shock" y difícilmente olvidarán los gritos de los heridos cuando llegaron al lugar del siniestro.

Sion (Suiza), 14 mar.- Los miembros de los equipos de rescate del accidente de un autobús belga ocurrido anoche en Suiza, en el que murieron 28 personas, entre ellas 22 niños, están "en estado de shock" y difícilmente olvidarán los gritos de los heridos cuando llegaron al lugar del siniestro.

Así lo afirmó hoy a la prensa el presidente de la asociación de conductores de ambulancia del cantón suizo de Valais, Alain Rittiner, en declaraciones recogidas por la agencia local ATS, en las que describió la tragedia en el interior del túnel en el que chocó el autobús, en el que viajaban un total de 52 personas.

"Lo primero que oímos cuando llegamos al vehículo accidentado fueron los gritos de los niños. Es algo que no se puede contar (...). Escuchando los gritos, los miembros de los equipos de rescate quedaron conmocionados. Son gente aguerrida, pero lo que había allí estaba más allá de lo que se pueda imaginar", declaró.

Rittiner explicó que los equipos accedieron al autobús por la parte de detrás, ya que la parte delantera era un amasijo de hierros, y aseguró que las ambulancias llegaron 20 minutos después del accidente, ocurrido en torno a las 20.15 horas GMT.

"Sacamos el último herido dos horas después de llegar", indicó este testigo de excepción, que agregó que el último cuerpo sin vida, el del conductor, fue rescatado siete horas después del siniestro.

"Es algo que no tenemos la costumbre de ver, pese a que hace 20 años que hago este trabajo. Lo que había allí superaba todo lo que nos podamos imaginar", continuó Rittiner, que fue el encargado de coordinar sobre el terreno la evacuación de heridos y fallecidos.

El principal objetivo era sacar a los niños del autobús, recordó Rittiner, pero "la mayor parte de ellos no se podían mover, porque estaban atrapados, y no podían hablar, porque estaban en shock".

No obstante, dijo, "no teníamos necesidad de hablar con ellos, no era necesario más que mirarles a los ojos y sujetarles la mano; eso es lo que hicieron la mayoría de los rescatadores".

"Esta es la peor situación que uno se puede encontrar, porque a menudo uno mismo tiene hijos en casa y relaciona lo que les ha pasado a estos pobres niños y se imagina que podrían ser los suyos", añadió.

Por esta razón, lo que hicieron los equipos de rescate fue "darles el mismo amor, el mismo contacto y los mismos cuidados que nos gustaría que nuestros hijos recibieran en la misma situación", explicó Rittiner, que adelantó que quienes trabajaron en el lugar de la tragedia recibirán asistencia psicológica en los próximos días.

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