Miles de manifestantes piden a autoridades egipcias que aceleren las reformas

  • Miles de manifestantes volvieron a tomar hoy la emblemática plaza Tahrir, corazón de la revolución del 25 de enero, para pedir a la junta militar que dirige Egipto y al Gobierno del país que aceleren las reformas democráticas y juzguen a los responsables del régimen del expresidente Hosni Mubarak.

El Cairo, 12 jul.- Miles de manifestantes volvieron a tomar hoy la emblemática plaza Tahrir, corazón de la revolución del 25 de enero, para pedir a la junta militar que dirige Egipto y al Gobierno del país que aceleren las reformas democráticas y juzguen a los responsables del régimen del expresidente Hosni Mubarak.

Ni el discurso, anoche, del primer ministro, Esam Sharaf, ni la dimisión anunciada hoy mismo del viceprimer ministro, Yehia el Gamal, ni las promesas de los militares de respetar la voluntad del pueblo evitaron que Tahrir volviese a llenarse de banderas y pancartas con un mensaje: "Queremos cambios reales".

La convocatoria no arrastró a tanta gente como el pasado viernes, pero volvió a demostrar que mucha gente espera que la transición vaya más rápido de lo que lo ha hecho hasta ahora.

En las últimas 24 horas, las autoridades han lanzado una ofensiva de respuestas a las demandas que no han conseguido frenar la protesta.

Primero Sharaf anunció anoche que remodelará el Gobierno en una semana; después, la junta militar reiteró que abandonará el poder; a continuación, se conocieron nuevas condenas contra antiguos ministros de Mubarak y el Consejo Supremo de Justicia anunció que los juicios serán públicos; y finalmente, cayó el viceprimer ministro.

De poco sirvió todo ello para los manifestantes de Tahrir, entre quienes estaba el guía turístico Emad el Magrabi, de 29 años, quien echó mano de una metáfora informática para ilustrar la situación.

"El pueblo egipcio debe cambiar dos cosas: el hardware, es decir, a sus gobernantes, líderes e instituciones; y el software, esto es, su forma de pensar, porque vivió durante 30 años bajo la dictadura de Mubarak y eso afectó a la mentalidad de la gente", dijo a Efe.

De nuevo la Policía y el Ejército permanecieron al margen de las protestas, sin presencia visible de uno u otro cuerpo en la plaza ni en sus calles aledañas, y se limitaron tan solo a custodiar edificios oficiales como el Parlamento.

La seguridad quedó una vez más en manos de los comités populares, que pedían la identificación y registraban a quienes querían acceder a la plaza, cortada al tráfico rodado.

Pese a los altercados vividos por la mañana entre "baltaguiya" (matones) y manifestantes, que acabaron con varios heridos, la protesta cobró su mayor dimensión al caer el sol, en un ambiente festivo y familiar.

Otra de las presentes, Hoda Husein, de 52 años y ama de casa, explicó a Efe que se acercó a Tahrir con una amiga "porque no he visto ningún cambio en las autoridades interinas".

Husein protestó porque "se mantiene el 70 por ciento de los ministros del régimen anterior" y criticó al primer ministro, quien, a su juicio, "es demasiado blando y no tiene visión de futuro".

Entre puestos ambulantes de comida y vendedores de banderas y recuerdos revolucionarios, una vez más las pancartas de los tradicionalmente ingeniosos egipcios hablaron por sí solas: "El pueblo quiere que Mubarak sea juzgado", "Noticia urgente: el pueblo quiere que la corrupción y los corruptos desaparezcan".

Mostrar comentarios