Miles se entregan en México a fervor y pasión en representación religiosa

  • Centenares de miles de personas acudieron hoy al barrio de Iztapalapa de la capital mexicana llamados por su fervor religioso o sólo para presenciar la representación más antigua de la Pasión de Cristo de las que se celebran en México, el evento religioso de la Semana Santa con mayor asistencia del país.

Edna Alcántara

México, 29 mar.- Centenares de miles de personas acudieron hoy al barrio de Iztapalapa de la capital mexicana llamados por su fervor religioso o sólo para presenciar la representación más antigua de la Pasión de Cristo de las que se celebran en México, el evento religioso de la Semana Santa con mayor asistencia del país.

A primera hora de la mañana comenzó la caminata por las principales calles del barrio, en un recorrido de unos ocho kilómetros, como parte de la segunda jornada de estos festejos, que celebran su 170 aniversario.

Participaron decenas de personas vestidas de romanos (algunos a pie y otros a caballo), así como jóvenes nazarenos que, ataviados con una túnica morada, en señal de luto por quien más tarde ha de ser crucificado, cargaron cruces de diferentes tamaños.

Entre los fieles participantes se encontraba Raúl Sosa, quien por tercer año consecutivo ha traído a su familia a presenciar el evento desde la ciudad central de Puebla, donde viven, porque siente que es una manera de "acercarse espiritualmente" a Dios.

Pasado el mediodía, en la plaza principal del barrio tuvo lugar en un escenario uno de los pasajes bíblicos más representativos, en donde Jesucristo, interpretado este año por Jesús Flores, fue presentado a Poncio Pilatos y una vez sentenciado fue llevado al Monte Calvario (al Cerro de la Estrella), en donde el acto culminó con su crucifixión y muerte.

En la representación de este año participaron 4.650 actores locales (150 principales y 4.500 extras).

La selección de los principales es rigurosa, pues para interpretar a Jesús o a la Virgen María es necesario ser originario de Iztapalapa, practicar la religión católica y "ser una persona de reconocida honorabilidad", según apunta el anuario que edita el barrio capitalino.

Además, el personaje de Jesucristo debe guardar el celibato desde que es elegido hasta que interpreta su papel y quien hace de Virgen María tiene que ser una mujer virgen.

Para muchos habitantes de Iztapalapa, participar en este evento es algo muy importante en sus vidas, como para Gustavo, de 12 años, quien logró tener un papel secundario de romano y espera algún día llegar a representar a Jesucristo, según dijo a Efe.

El año pasado esta ceremonia fue declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México y ahora las autoridades locales e historiadores se están preparando para entregar formalmente la solicitud y requisitos que pide la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el fin de que se le reconozca mundialmente.

Para garantizar la seguridad en Iztapalapa, uno de los barrios con mayor índice de criminalidad de la capital mexicana, participaron 10.000 policías, que estuvieron apoyados por helicópteros no tripulados para vigilar la zona.

De acuerdo con las autoridades policiales y de la propia demarcación, hubo "saldo blanco y sin incidentes" tras el cierre de esta tradicional representación católica, aunque sí tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios el personaje que interpretó a Judas, que se cayó del árbol en el que estaba siendo colgado.

La tradición de la Pasión de Cristo surgió hace 170 años, cuando los pobladores de Iztapalapa, que entonces no era barrio sino un pueblo vecino de la capital, decidieron celebrarla en un acto de fe para que se pusiera fin a una epidemia de cólera.

Desde entonces se lleva a cabo este evento como agradecimiento al "Señor de la Cuevita", una imagen que cuenta con un altar en un templo del barrio y al que atribuyen el milagro de erradicar la epidemia que hace más de un siglo mató a cientos de sus pobladores.

En otros lugares de México, el segundo país de Latinoamérica con más católicos después de Brasil, también se celebraron actos de conmemoración de estas fiestas que, en algunos casos, como en la norteña Ciudad Juárez, traspasaron lo religioso.

Allí, cientos de habitantes de esta ciudad fronteriza peregrinaron hoy hasta el Cerro del Cristo Rey para realizar la representación del vía crucis y pedir a Dios por la paz de la urbe, escenario de unos 10.000 asesinados en los últimos cuatro años.

También, este viernes se congregaron residentes de Ciudad Juárez y otros más de El Paso, Texas (EE.UU.), para escuchar la misa oficiada por el sacerdote católico Kevin Müllins, quien rezó "por las almas de todas las víctimas de la violencia" en México.

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