La salud física frente a la mental

'Mimosos' en era Covid: "Nos ha aislado y hay que recuperar el contacto físico"

Los expertos prestan ahora especial atención a las consecuencias psicológicas de las restricciones y algunos países ya permiten un 'compañero de mimos' para combatir la soledad en el confinamiento.

Pareja
'Mimosos' en era Covid: "Nos ha aislado y hay que recuperar el contacto físico".
EFE

La pandemia del coronavirus ha puesto en jaque al mundo tal como lo conocíamos, primando la salud incluso por encima de la economía. Sin embargo, esa protección de la salud hasta ahora ha sido solo de la física y ha arrasado con la mental, especialmente en lo que respecta a las relaciones interpersonales. Tras analizar el impacto psicológico de la pandemia, la salud mental ha cobrado importancia. La amenaza del contagio se ha convertido en una barrera que limita los lazos personales, especialmente en lo referido al contacto físico, lo que puede llevar a desarrollar a trastornos psicológicos, como el estrés o la ansiedad.

El contacto físico es una de las necesidades del ser humano, especialmente en el caso de los españoles que somos más sociables y dados al contacto. Por eso, asegurar esa interacción es clave en la estabilidad emocional de los ciudadanos. "El tacto es uno de los sentidos más importantes", afirma Mª Carmen Rodríguez, directora del área de Intervención Psicológica de affor y psicóloga sanitaria. Además, los abrazos, besos o caricias activan determinados patrones que, de no producirse, "provocan malestar psicológico".

Isabel Vallés Berges, psicóloga y responsable de 'Siéntete OK', explica que "nuestro estado de ánimo depende en gran medida de aquellas actividades o situaciones que nos resultan gratificantes", entre ellas están los abrazos, los besos o las caricias. Sin embargo, frente a esa necesidad de contacto se está imponiendo el miedo y "la gente está primando la salud física por responsabilidad". "No solo produce tristeza, nos estamos volviendo miedosos a abrazar o besar", dice Rodríguez. Este deterioro en las relaciones personales tiene consecuencias claras en nuestro estado de ánimo. En ese sentido, la responsable de ‘Siéntete OK’ señala que en su consulta "han aumentado los casos de agorafobia, depresión, fobia social, estrés postraumático…".

Para evitar un agravamiento de la situación hay que apostar por el equilibrio entre la salud física y la emocional. Lo demuestra la la última decisión de Bélgica de permitir un 'compañero de mimos' para combatir la soledad durante el segundo confinamiento del país. El objetivo es cuidar la salud, tanto física como mental, de los ciudadanos. Vallés define esta figura como "útil" para "atenuar este impacto tan negativo a nivel psicológico", pudiendo -asegura- "reducir incluso la tasa de depresión"

Según el estudio 'Impacto del COVID-19 en la salud psicológica de los trabajadores en España', elaborado por la consultora Affor Prevención Psicosocial, casi el 70% de los encuestados requeriría realizar una valoración detallada desde el área de salud ocupacional por posible ansiedad y depresión. Sin embargo, esta medida "permitiría, en principio de forma controlada y más segura, un contacto físico", que evitaría desarrollar o agravar esos trastornos.

El miedo al virus dificulta las nuevas relaciones

Más allá de las consecuencias individuales, las restricciones a las que obliga la pandemia también modifican las interacciones sociales. El contacto entre personas ya no es el mismo y nuestras reacciones son de desconfianza cuando conocemos a nuevas personas. Además, la nueva forma de comunicarnos empeora las relaciones por la desconfianza con la que nace, lo que repercute en el atractivo que sienten las personas. El estudio ‘El impacto social de la amenaza de patógenos: cómo la prominencia de la enfermedad influye en la conformidad’, publicado en Science Alert, afirma que el miedo a la enfermedad empeora las impresiones de las personas.

Vallés destaca "el conflicto entre el deber y el querer" que están sintiendo las personas al no poder relacionarse de manera habitual. Este sentimiento se da especialmente entre los solteros a la hora de conocer gente nueva, algo que, de manera general, están postergando a otro momento. Mª Carmen Rodríguez afirma que "no es el momento de conocer a nadie porque eso implica un contacto físico y sexual". 

Pese a que las aplicaciones para ligar se siguen utilizando, señala que se trata más de una "reacción impulsiva" que solo busca una relación sexual. En ese sentido, reconoce que no toda la población ha asumido de igual manera la situación pandémica. Frente a quienes son más prudentes y conscientes del riesgo de la enfermedad, una parte de la población "ha bajado la guardia porque tienen una menor percepción del riesgo". Entre ellos están los adolescentes, porque, según explica la directora del área de Intervención Psicológica de affor, "a nivel psicológico no tiene tan desarrollada la conciencia de riesgo", pero también las personas más mayores, quienes priman más la pena de no poder estar tanto con sus familiares. 

En el extremo opuesto se encuentran las personas que totalmente han reducido su grupo de contacto casi al máximo por un miedo extremo al miedo. En esos casos, según señala Rodríguez, se están desarrollando trastornos de ansiedad, una pauta generalizada en mucha parte de la población Además, es especialmente preocupante entre los pacientes que antes del Covid ya tenían problemas para socializar. "Los pacientes introvertidos, con dificultades para relacionarse o fobia social, tuvieron que parar sus ejercicios y ahora están mucho más limitados", afirma Vallés. 

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