"No hay nada positivo"

¿Un MIR catalán? Los médicos alertan de que el Gobierno pone en jaque la igualdad

Fotografía oposiciones examen / EFE
Fotografía oposiciones examen / EFE

"¿Cómo puedes garantizar la calidad si haces más de un examen?", responde a 'La Información' Sheila Justo, presidenta del Área de Médicos Jóvenes y Formación y MIR de la  Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS). La incertidumbre se ha colado en la comunidad médica, poco afín a sobresaltos, con uno de los puntos del acuerdo de Gobierno que sellaron Sánchez e Iglesias y que podría poner en jaque el único resquicio de centralización del sistema sanitario español: el MIR. El documento que sienta las bases de lo que será la acción de Gobierno durante los próximos cuatro años, avala una posible cesión de competencias al Gobierno catalán sobre el modelo de formación específica de los facultativos, de la que ni sindicatos, ni colegios, ni asociaciones sanitarias se aventuran todavía a definir su alcance... pero a la que ya han respondido con un unánime rechazo.

La 'hoja de ruta' del Ejecutivo de coalición valora el traspaso de las competencias en formación sanitaria especializada a la Generalitat. Desde la comunidad médica aseguran que el modelo actual (vigente desde 1976), funciona así que: "No vemos nada positivo en aplicar ningún cambio, sea cual sea", asegura Justo. Y es que el documento que avalaron el PSOE y Unidas Podemos peca de una falta de concreción que ha levantado las sospechas de un sector que aún no sabe de qué forma se va a ejecutar la transformación del modelo. "Nos posicionamos en contra de este traspaso", zanjan desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) a este diario, y aseguran, "Ni siquiera ellos mismos saben cómo se va a articular".

Por su parte, el foco de la polémica, el punto 9.4. del programa de la coalición progresista, recoge lo siguiente: "Traspasaremos a la Generalitat aquellas competencias pendientes ya reconocidas en el Estatut de Cataluña en materias como (...) la formación sanitaria especializada". Lo que es lo mismo que no decir nada. "Se trata únicamente de una línea en cincuenta páginas de documento... el problema es saber cómo se va a ejecutar", afirman desde CESM. Y es que el mismo párrafo que habla de la formación especializada de los facultativos españoles, constituye un 'cajón desastre' donde entran  desde la gestión de becas hasta el salvamento marítimo.

Precisamente es esa mezcolanza la que ha elevado la confusión hasta las mismas consejerías. Hasta en tres ocasiones, las autoridades regionales en materia de Sanidad han contestado a este diario que no habían valorado esta propuesta porque "no la habíamos encontrado". Y es que los equipos negociadores de la coalición obviaron el polémico trasvase de competencias en el apartado dedicado a la Sanidad, dentro del segundo punto del programa sobre 'Derechos sociales, regeneración democrática, ciencia e innovación', y optaron por introducirlo en el noveno sobre 'Cohesión y eficiencia: actualización del Estado Autonómico'. Una particularidad que ha reforzado las sospechas de la comunidad médica sobre el motivo detrás de la modificación de un modelo que lleva funcionando sin grandes detractores desde hace más de veinte años.

¿Qué dice el Estatut?

El Estatuto de Autonomía de Cataluña tampoco resuelve las incógnitas sobre el alcance que podría tomar la transformación que valora el nuevo Ejecutivo. En él, quedan recogidas como "competencias compartidas": "La formación sanitaria especializada, que incluye la acreditación y la evaluación de centros; la planificación de la oferta de plazas; la participación en la elaboración de las convocatorias y la gestión de los programas de formación de las especialidades y las áreas de capacitación específica y la expedición de diplomas de áreas de capacitación específica". En definitiva y con la ley en la mano, la norma puede implicar desde una simple variación nominativa a un MIR específico para Cataluña que podría llegar a desbaratar el sistema del que cada año dependen unos 14.000 estudiantes de Medicina para obtener esa relación laboral especial en régimen de residencia.

¿Qué opinan los alumnos?

"El sistema actual nos valora por nuestra preparación, sin importar de dónde vengas", asegura Pablo Pita, alumno de sexto de Medicina en la Universidad de Navarra. El estudiante tendrá que enfrentarse a la prueba de este año y, aunque la AMYTS aseguran que el MIR 2020 está blindado, Pita insiste en que no hay necesidad de modificar el modelo: "Lleva años funcionando y cuenta con un gran reconocimiento, precisamente, porque en la elección de nuestros médicos no entran en juego valoraciones externas a la profesión". 

Además, una posible fragmentación del sistema repercute directamente en una limitación en la movilidad de los MIR: "Ahora todos los alumnos tienen las mismas posibilidades de acabar en el centro que más les convenga para su formación... cualquier otro sistema restringiría esa amplitud de destinos". La prueba para la formación específica condiciona en un 90% el destino de los alumnos, mientras que solo el otro 10% depende de su expediente académico. "Los estudiantes españoles vienen de 17 modelos académicos diferentes y el MIR es lo único que aporta homogeneidad al sistema", afirman desde CESM.

El amplio espectro de cambios que se derivan de la propuesta del nuevo Ejecutivo evoca en los alumnos al actual sistema de oposiciones de los facultativos, que depende de las CCAA y genera cierto "turismo de oposición".  Con él, muchos aspirantes acaban montándose en un avión para llegar a tiempo a las convocatorias de varias regiones. Queda la afirmación de Pita: "Hoy, el modelo está pensado para formar a grandes profesionales independientemente de su origen y, si algo funciona, ¿por qué cambiarlo?". La comunidad médica, tradicionalmente, ha tratado de tomar distancia ante casi cualquier atisbo de polémica. "Somos un sindicato políticamente neutro, solo reaccionamos frente a lo que perjudica a la profesión médica", asevera Justo. En esta ocasión, han reaccionado.

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