Monllaó debuta con "Hijo de Caín", un inquietante thriller demasiado real

  • Alicia G.Arribas.

Alicia G.Arribas.

Madrid, 28 may.- El cortometrajista catalán Jesús Monllaó ha dado el salto al largometraje con "Hijo de Caín", un inquietante thriller protagonizado por el debutante David Solans, donde la historia que se cuenta es tan malvadamente real que, a veces, apunta el director, recuerda a "mucha gente que conoces".

"Convivimos con las malas personas a diario. Nico es un adolescente, pero se me vienen a la cabeza un montón de cincuentones que actúan de la misma manera que él", advierte el director en una entrevista con Efe, celebrada en Madrid con motivo del estreno de la película el próximo viernes.

Ganadora del premio ASECAN de los escritores de cine de Andalucía a la mejor ópera prima en el pasado Festival de Málaga, "Hijos de Caín" está basada en la obra "Querido Caín", de Ignacio García Valiño, con guion de Sergio Barrejón y David Victori.

"No sé cómo nos sorprende que nuestros jóvenes sean materialistas o que tengan unos valores que nos insultan o que nos ofenden, cuando no hacen más que repetir el ridículo sistema que les estamos dando; quieren dinero, poder, tenerlo todo, y no siempre lo más fácil es seguir la ética", apunta y dispara Monllaó, que deja los juicios al espectador, al que no sólo no protege, sino que le lanza un par de puñetazos al estómago.

Y explica: "Jamás he sido protector ni condescendiente con el público, creo que la realidad nos demuestra que el mundo es muy complejo, y puede ser muy cruel, y la vida está llena de momentos magníficos y mediocres y horribles, y en esta película están todos".

Al director, debutante en el largo, se le nota la maestría ganada a pulso en sus cortos (el primero, "La mirada oblicua" (2002) le valió su primera nominación a los Goya) tras 13 años "intentando hacer un largo".

"Eso te convierte en un 'radical libre', estás un poco 'extraindustria' y también te hace un poco más corajudo", entiende Monllaó, que defiende su libertad para diseñar y para "dar en las teclas" que mueven a los espectadores.

David Solans es Nico, un adolescente rico al que, aparentemente, no le falta de nada; inteligente y obsesionado con el ajedrez lleva una mala relación con su padre (José Coronado), que se desvive por su familia.

En contra de la opinión de su esposa, Coral (María Molins), contrata a un psiquiatra (Julio Manrique) que, casualmente (o no tan casualmente) tuvo una relación con Coral de la que ya nadie se acuerda.

Convencido de que puede ayudar al chico, el psiquiatra le pone en manos del profesor de ajedrez Andrew Holsteter (Jack Taylor), cuyo rostro siempre perturbador es en "Hijo de Caín" el equilibrio justo de lo que se debe y lo que no se debe hacer.

"La vida quizá es también como una partida de ajedrez donde los movimientos, y las fichas que hay que sacrificar, están hechos para conseguir matar al rey; el lado blanco y el lado negro de la vida", explica Solans, un joven orgulloso de que sus padres le hayan sabido transmitir el valor de las cosas.

Un actor increíble, en opinión de Monllaó en la que coincide Coronado, ausente de esta promoción por su trabajo en el rodaje de la serie de televisión "El Príncipe", pero que en su presentación en el Festival de Málaga, donde el madrileño recibió un premio por toda su carrera, ya calificó a Solans de "auténtica revelación".

Sin olvidar que la película, dice Monllaó, es un thriller "mediterráneo" en el que fluyen con total naturalidad conversaciones bilingües catalán-castellano, e incluso en inglés, como sucede en la vida real en Cataluña.

"La maldad no tiene edad, si analizas la película -resume Monllaó-, ninguno de los personajes es inocente, todos tienen un interés oculto y seguramente nada honesto, de ahí ese final sin contemplaciones en el que casi todos los personajes pierden".

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