Tras una larga enfermedad

Muere doña Ana, la matriarca del clan Pantoja, a los 90 años en Cantora

La madre de la cantante será incinerada este miércoles en la más estricta intimidad. La última vez que vimos fue en el 2017 durante el concierto de la artista en Madrid.

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Muere doña Ana, la matriarca del clan Pantoja, a los 90 años en Cantora.
Europa Press

No ha podido ser. Cuando todos pensábamos que la salud de doña Ana mejoraba poquito a poco tras recibir el alta a finales de la semana pasada tras haber estado ingresada en un hospital gaditano durante varios días, acabamos de conocer la noticia de la muerte de la madre de Isabel Pantoja.

En Cantora y acompañada hasta el último momento por sus hijos Isabel y Agustín Pantoja, que no se han separado en los últimos días de su madre, a quien adoraban y en quien han estado volcados desde el grave deterioro de su estado de salud en los últimos años. Según apunta la web 'Informalia' la matriarca del clan será incinerara este miércoles en la más estricta intimidad, puesto que la tonadillera se encuentra demasiado devastada para despedirla públicamente.

La última vez que vimos a Doña Ana fue en el 2017 durante el concierto de la artista en Madrid, y aunque su estado de salud ha sido grave durante los últimos tiempos siempre se ha llevado con total secretismo por parte de toda la familia.

Un fallecimiento que se produce tan solo tres días antes de la boda de Anabel Pantoja con Omar Sánchez en la Isla de La Graciosa, donde ya se encuentran Kiko Rivera e Irene Rosales, y donde en pocos minutos aterrizará Isa Pantoja con Asraf Beno. Un durísimo golpe sobre el que todavía no se ha pronunciado ninguno de los miembros del mediático clan, ya que tanto Anabel como Kiko adoraban a Doña Ana, cuya muerte deja a Isabel Pantoja completamente destrozada.

Isabel Pantoja, una de las grandes artistas de nuestro país ha sufrido una de las pérdidas más dolorosas de su vida, la de su madre. Doña Ana siempre ha estado al lado de la tonadillera y es que aunque ella siempre estuviese en un segundo plano, era quien hacía y deshacía la vida de la cantante. Muy exigente con la educación de todos sus hijos, el ojito de derecho de la matriarca siempre fue su niña Maribel, a la que vio desde pequeña ese don para el ámbito de la música y a quien acompañó desde sus inicio en los tablaos flamencos.

Desde bien pequeña quiso ser artista y bailaora pero los tiempos tan difíciles en los que se crió y creció no le permitieron brillar nunca como profesional encima de los escenarios pero en cambio, el destino le tenía preparado una grata sorpresa. Ella no, pero su hija Isabel Pantoja deslumbró desde la primera vez que interpretó un tema encima de un tablao. Su vida estaba destinada al arte y no dudó en venirse junto a ella a Madrid, donde le esperaba el sueño del espectáculo, aquel que todos los que desean llegar a ser grandes artistas esperan conseguir algún día.

Doña Ana vivió esa oportunidad como si fuera la suya propia y no dudó en guiar a Isabel Pantoja por el buen camino, tanto es así que no se ha separado de ella en toda su vida. Guio sus pasos, la animó en los escenarios y luchó para que su hija fuera lo que ella nunca llegó a ser. Y lo consiguió. Lo disfrutó hasta el último momento.

Nunca se apartó del lado de Isabel Pantoja. Ha vivido con ella sus éxitos y sus fracasos y cuando la matriarca del clan empezó a empeorar por su estado de salud, dejó paso a que la tonadillera se hiciera cargo de ella como siempre lo había hecho ella. Los roles en la vida se pueden volcar en cualquier momento y esto es lo que pasó entre madre e hija.

Ahora, la artista ha perdido el eslabón más importante de su vida, su madre, la que siempre ha estado a su lado, la que nunca le ha abandonado y con la que ha compartido todo tipo de confesiones. La que le ha aconsejado para encontrar el buen camino, la que le dio las claves del éxito y la que respiraba por y para ella. La tonadillera tendrá que aprender a caminar sola ahora que ya no la tiene a su lado, pero seguro que el recuerdo eterno de esa estrella que nunca brilló de cara al público pero sí lo hizo con los suyos, la sigue acompañando siempre.

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