Aparece muerto uno de los presos más peligrosos de España: el Hannibal Lecter

Prisión de A Lama, en Pontevedra, cárcel
Prisión de A Lama, en Pontevedra, cárcel
EUROPA PRESS - Archivo

El Hannibal Lecter de las cárceles españolas ha aparecido muerto en su celda en la que estaba en aislamiento en la prisión de A Lama (Pontevedra).  Frabrizio Joao Silva Ribeiro era uno de los presos más peligrosos. Este interno, natural de Guinea Bissau, estaba solo en una galería, donde únicamente él ocupaba una de las celdas.

Condenado por asesinar a su mujer y por matar dentro de la cárcel a patadas a otro preso, Silva tenía pendiente una causa por una brutal agresión a funcionarios en la prisión de Puerto 3, en El Puerto de Santa María (Cádiz). Un suceso este último cuyas imágenes fueron difundidas por alguna cadena de televisión y en las que apreciaban la agresividad del interno. A uno había herido de gravedad al alcanzarlo con un pincho artesanal en la yugular.

Silva pasó por diferentes prisiones, como se hace habitualmente con este tipo de presos peligrosos debido a los incidentes que protagonizan, y desde enero estaba ingresado en A Lama. No hace mucho remitió una carta a la dirección de la cárcel para advertir que desobedecería a los funcionarios y hace ocho días comenzó una huelga de hambre que hoy había abandonado.

Las fuentes han precisado que Silva estuvo controlado por los servicios médicos, que no detectaron ningún problema de salud, y esta misma mañana su peso reflejó 107 kilos. A falta de la autopsia, no se ha observado ningún indicio de posible suicidio. El preso ha aparecido muerto en el baño de la celda, en el suelo y con una herida en la cara, al parecer debido al golpe al caer. Hasta 2047 no hubiera salido de la cárcel.

Precisamente por su peligrosidad, este preso de 36 años y 1,80 de estatura, estaba en el módulo de aislamiento, en una galería él solo sin contacto directo ni con otros reos ni con funcionarios. Las fuentes consultadas por Europa Press indicaron que se trataba de un preso "muy peligroso", por lo que era un interno de primer grado. Dentro del primer grado hay dos fases, una en la que están los reos extremadamente peligrosos, que era el caso de Frabrizio João, y la segunda fase, donde están los que progresan y van entrando en modelo penitenciario.

Dicen que es pura maldad, que con él de nada han valido las terapias de autocontrol, que no se arrepiente de su perfil criminal e incluso en su periplo por las cárceles españolas amenaza con seguir matando, según han contado a Efe guardianes de los penales por los que ha desfilado.

Los presos le temen. Así lo manifestaron compañeros de prisión que declararon por el asesinato del colombiano José Márquez. Le quitó la vida a golpes en los baños, sitio del penal donde no hay cámaras. Antes había asesinado a su novia. Según la sentencia que le condenó entonces a 22 años de prisión, Fabricio mató a Adama porque se negó a mantener relaciones sexuales. La acuchilló en un brazo mientras dormían. Ella intentó escapar, pero la alcanzó y metió de nuevo en la casa para, e nel sofá e inmovilizada, la apuñaló hasta siete veces boca abajo. Los jueces consideraron como hecho probado que las heridas "se realizaron directa e inhumanamente para aumentar el dolor de la víctima".

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