Según el portavoz de los servicios meteorológicos, 54 milímetros de lluvia cayeron en la región de Bagdad en las últimas 24 horas, inundando algunas partes de la capital iraquí, la segunda ciudad del mundo árabe con más de ocho millones de habitantes.
Eran las primeras lluvias después de un verano largo y seco.
Una niña de tres años murió tras ser arrastrada por las aguas en un campo de desplazados cerca de Tuz Jormatu, a unos 220 kilómetros al norte de Bagdad, según varios responsables.
En la capital, donde las infraestructuras están en muy mal estado, muchos habitantes no pudieron ir a trabajar, por lo que el gobierno decretó un día de permiso.
Varios habitantes intentaron esta madrugada sacar el agua y el barro que inundó sus viviendas. "Debería darle vergüenza a nuestros dirigentes que permitieron que todo se pudriera en esta ciudad", se indignaba Ahmed, un habitante del noroeste de Bagdad.
Alrededor de la capital, torrentes de barro arruinaron campos de desplazados, sobre todo en la provincia occidental de Al Anbar.
En Amriyat al Faluya, el temporal destruyó 500 tiendas de campaña y unas 1.000 familias tuvieron que ser transferidas hacia mezquitas y escuelas.
"La gente tuvo miedo. Vio cómo el barro se llevaba sus tiendas", indicó a la AFP un responsable local, Shaker al Isawi.
El gobernador de la provincia, donde las fuerzas iraquíes combaten a los yihadistas del grupo Estado Islámico, pidió ayuda a las autoridades.
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